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Jeremías 50:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

27 ni siquiera su ganado! ¡Ay de ellos también! ¡Mueran todos, porque ha llegado la hora de que Babilonia sea devastada!

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Biblia Reina Valera 1960

27 Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡Ay de ellos! pues ha venido su día, el tiempo de su castigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Maten incluso a sus becerros; ¡para ellos también será terrible! ¡Masácrenlos a todos! Pues ha llegado el día del juicio a Babilonia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Degüellen todos sus novillos, que marchen al matadero. ¡Ay de ellos, porque ha llegado su día, la hora de su castigo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 ¡Pasad a cuchillo a todos sus novillos° Y desciendan ellos al matadero! ¡Ay de ellos! Pues ha llegado su día, El tiempo de su visitación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Haced matanza en sus toros: bajen todos al matadero ¡ay de ellos!, pues ha llegado su día, el tiempo de su castigo.

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Jeremías 50:27
22 Tagairtí Cros  

Viejos y jóvenes por igual se horrorizarán ante su destino.


Temibles enemigos me rodean, fuertes como manada de enormes toros de Basán.


Pero el Señor se ríe de quienes traman contra los justos, pues sabe que para aquellos viene el día del juicio.


El guarda responde: «El día de su juicio está amaneciendo. Vuélvanse a Dios para que yo pueda darles mejores noticias. Búsquenlo, y luego vuelvan a preguntar».


La espada del Señor está saciada de sangre, está harta de carne, como si hubiera estado degollando ovejas y cabras para el sacrificio. Porque como si hubiera gran sacrificio, enorme matanza, hará el Señor en Edom.


Morirán los más vigorosos, tanto entre los muchachos como entre los veteranos. La tierra quedará empapada en sangre y el suelo rebosante de grasa.


En cuanto a mí respecta, tú conoces mi corazón, bien sabes cuánto anhelo serte fiel. ¡Sin embargo, soy pobre, oh Señor! ¡Señor, llévalos arrastrados como ovejas silenciosas al matadero! ¡Júzgalos, oh Dios!


Lloren y giman, malos pastores; golpéense la cabeza contra las piedras los líderes de las naciones, porque ha llegado el tiempo de su destrucción y dispersión. Caerán como frágiles objetos destinados a ser destruidos.


Todas las naciones le servirán a Nabucodonosor y a sus hijos y nietos hasta que le llegue su turno de ser castigado, y entonces muchas naciones y poderosos reyes conquistarán Babilonia y la harán su esclava.


¡Malditos quienes refrenan sus espadas de derramar la sangre de ustedes, negándose a realizar la obra que el Señor les ha encomendado!


Pero ahora Moab tiene que ser destruido; ya viene su destructor. La flor de su juventud está destinada a la matanza, dice el Rey, el Señor de los ejércitos.


El que huya caerá en una trampa y el que escape de esta caerá en un lazo de cazador. Yo me encargaré de que no escapen, porque ha llegado el día de su juicio, dice el Señor.


¡Estuvieron alegres, caldeos, despojadores de mi pueblo, y están gordos como vacas que pastan en jugosos prados, y relinchan como caballos alegres!


No les quede la menor duda: ¡Yo estoy contra ti, pueblo orgulloso, ya te llegó tu hora, pueblo famoso por tu insolencia!


Los llevaré al matadero como si fueran ovejas, carneros y cabras.


¡Escucha mis lamentos, Señor, porque tú eres el único que puede consolarme! Cuando mis enemigos escuchan del mal que tú me has hecho, se alegran. ¡Haz que llegue el día en que a ellos les vaya como me ha ido a mí!


Desde la distancia, la contemplarán temblorosos de miedo al ver semejante castigo, y gritarán: «¡Pobre, pobre Babilonia, la gran ciudad poderosa! ¡En un instante te llegó el juicio!».


Entonces vi que un ángel, de pie en el sol, gritaba a todas las aves que vuelan en el cielo: «¡Vengan! ¡Júntense a comer la gran cena de Dios!


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