Jeremías 44:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20087 Y ahora el Señor, el Dios de los ejércitos, el Dios de Israel, les pregunta: ¿Por qué se dañan tanto a sí mismos? ¡Porque si siguen obrando tan mal ninguno de ustedes vivirá: ni un solo hombre, mujer, niño o niña entre los que han venido acá desde Judá, ni siquiera los niños de brazos! Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19607 Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno, Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente7 »Ahora, el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, les pregunta: ¿por qué se destruyen ustedes mismos? Pues ninguno de ustedes sobrevivirá: ningún hombre, mujer o niño de entre ustedes que haya venido aquí desde Judá, ni siquiera los bebés que llevan en brazos. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)7 Y ahora, Yavé, Dios de los Ejércitos, Dios de Israel, les pregunta: '¿Por qué se hacen tanto mal ustedes mismos? Ustedes van a hacer que se acaben los hombres, las mujeres y los niños de la raza de Judá, hasta que no quede nadie, Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion7 Y ahora, dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis vosotros un mal tan grande contra vuestras propias almas, para cortar de los vuestros a hombres y mujeres, jóvenes y niños de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno; Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19757 Ahora, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: '¿Por qué os hacéis tan grave daño a vosotros mismos, exterminando de en medio de Judá a hombres y mujeres, a niños y lactantes, de forma que no os quede ni un resto, Féach an chaibidil |
Pero, ¿lo mataron acaso el rey Ezequías y el pueblo por decir eso? No, sino que dejaron sus actos malvados y rindieron homenaje al Señor y le suplicaron que tuviera misericordia de ellos. Y el Señor no les envió el terrible castigo que les había preparado. Si por comunicarnos los mensajes de Dios matamos a Jeremías, ¡quién sabe qué nos hará el Señor!