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Jeremías 43:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Reúne a gente de Judá y, mientras te observan, entierra piedras grandes en medio de las baldosas a la entrada del palacio del faraón aquí en Tafnes,

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Biblia Reina Valera 1960

9 Toma con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en el enladrillado que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de los hombres de Judá;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 «A la vista de toda la gente de Judá, toma unas piedras grandes y entiérralas debajo de las piedras del pavimento a la entrada del palacio del faraón aquí en Tafnes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Toma unas piedras grandes y, a la vista de los judíos, mételas en el cemento de la plaza cuadrada que hay a la entrada del palacio de Faraón, en Tafnes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Toma en tu mano piedras grandes, y entiérralas con argamasa en el pavimento que está a la puerta de la casa de Faraón, en Tafnes, a vista de los hombres de Judá,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 'Toma en tu mano unas piedras grandes y escóndelas en el cemento del pavimento que hay a la entrada de la casa del Faraón en Tafnis en presencia de algunos judíos

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Jeremías 43:9
18 Tagairtí Cros  

Obligó a los habitantes de la ciudad a trabajos forzados. Los envió a trabajar con sierras, picos y hachas, y en los hornos de ladrillos. De la misma manera trató a todas las ciudades de los amonitas. David y su ejército regresaron después a Jerusalén.


Fui a Egipto, y el faraón y sus siervos, los príncipes y el pueblo, bebieron también de la terrible copa, junto con los extranjeros que habitaban su país. Igual hicieron los reyes de la tierra de Uz y los reyes de las ciudades filisteas Ascalón, Gaza, Ecrón y lo que de Asdod quedaba.


y diles esto a la gente de Judá: El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: No tengan la menor duda de que traeré a Egipto a Nabucodonosor, rey de Babilonia, pues él es mi siervo. Pondré su trono sobre estas piedras que he escondido; sobre ellas extenderá su pabellón.


Entonces en Tafnes, el Señor habló a Jeremías otra vez y le dijo:


Entregaré al faraón Hofra, rey de Egipto, en manos de quienes procuran matarlo, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia.


»Y ahora, hombre mortal, toma una tablilla de arcilla y ponla delante de ti y dibuja sobre ella un mapa de la ciudad de Jerusalén.


Yo envié a mis profetas para advertirles por medio de muchas visiones, parábolas y sueños».


¡Prepárate para el ataque! Almacena agua. Refuerza tus fortificaciones. Prepara muchos ladrillos para reparar tus murallas. Entra al pozo, pisa el lodo y mételo en los moldes.


y fue a visitarnos. Al ver a Pablo, le quitó el cinturón, se ató con él de pies y manos y dijo: ―El Espíritu Santo dice: “Así atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán a los gentiles”.


Entonces un ángel poderoso tomó una peña con forma de piedra de molino y la arrojó en el mar diciendo: «Babilonia, la gran ciudad, será arrojada como yo arrojé esta piedra, y desaparecerá para siempre.


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