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Jeremías 40:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Si decides quedarte, vuelve adonde está Guedalías, que ha sido nombrado gobernador de Judá por el rey de Babilonia, y quédate con el resto del pueblo que él gobierna. Pero es cosa tuya; ve a donde quieras. Nabuzaradán le dio a Jeremías alimentos y dinero y lo dejó ir.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Si decides quedarte, regresa a Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán. Él fue nombrado gobernador de Judá por el rey de Babilonia. Quédate allí con la gente que él gobierna, pero eso depende de ti. Puedes irte a donde quieras». Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, le dio a Jeremías algo de comida y dinero y lo dejó ir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 O bien dirigirte a casa de Godolías, hijo de Ajigam y nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá y quedarte a vivir con él, entre esta gente. En fin, anda a donde más te convenga. En seguida, el comandante de la guardia le dio víveres y un regalo y lo despidió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Como aún no se volvía, le dijo: Regresa a Gedalías ben Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca mejor ir. Y el capitán de la guardia le dio provisiones y un presente, y lo despidió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y como no se movía, le añadió: 'Vuelve junto a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quédate con él entre la población; o vete adondequiera que te parezca conveniente ir'. El jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.

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Jeremías 40:5
24 Tagairtí Cros  

y ordenó al sumo sacerdote Jilquías, al secretario Safán, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al secretario Safán, y a su ministro Asaías: «Vayan a consultar al Señor, para que sepamos qué tenemos que hacer, tanto yo como todo el pueblo, en cuanto a lo que está en este libro. Pues, según con lo que allí está escrito, nuestros antepasados no obedecieron la ley del Señor, ni vivieron de acuerdo con su voluntad. ¡El Señor debe estar muy enojado con nosotros por eso!».


Así que el sumo sacerdote Jilquías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el sector nuevo de Jerusalén. Huldá era esposa de Salún hijo de Ticvá y nieto de Jarjás, encargado del vestuario del palacio.


y llamó a Jilquías, a Ajicán hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al secretario Safán y a Asaías, su asistente personal.


«Bendito sea el Señor, Dios de nuestros antepasados, que colocó en el corazón del rey el deseo de embellecer el templo del Señor en Jerusalén.


Esdras, que llegó de Babilonia, era un maestro muy versado en las leyes que el Señor había dado al pueblo de Israel por medio de Moisés. Pidió que se le permitiera regresar a Jerusalén, y el rey le concedió su petición, porque Esdras contaba con la ayuda del Señor.


Señor, escucha mi oración. Escucha la oración de quienes se deleitan en darte gloria y honra. Te ruego que me permitas tener éxito cuando me presente ante el rey con mi petición. Haz que el rey me atienda y me trate bien». Yo era entonces copero del rey.


Si te atacan y te derriban, sabrás que hay uno que te volverá a levantar. Sí, él salvará al humilde;


Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos los reconcilia.


El corazón del rey es como un río en las manos del Señor, él lo dirige adonde él quiere.


¡Tú sabes, Señor, cómo ante ti he intercedido por ellos, cómo te he suplicado que libres a estos enemigos míos cuando estaban en apuros!».


Entonces Ajicán, hijo de Safán, secretario del rey, estuvo a favor de Jeremías y persuadió al tribunal para que no lo entregara a la muerte en manos del populacho.


Enviaron soldados a que sacaran a Jeremías de la cárcel y lo pusieron al cuidado de Guedalías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo llevara de regreso a su casa. Y Jeremías vivió allí entre la gente de su pueblo que había quedado en el país.


Ahora voy a quitarte las cadenas y a dejarte ir. Si quieres venir conmigo a Babilonia, muy bien, yo me encargaré de que te atiendan bien. Pero si no deseas venir, quédate. Tienes la decisión; ve a donde quieras.


Pero en octubre Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, que era miembro de la familia real y uno de los principales oficiales del rey, llegó a Mizpa, acompañado de diez hombres. Guedalías los invitó a comer.


porque tenían miedo de lo que harían los babilonios cuando tuvieran noticia de que Ismael había matado al gobernador Guedalías, pues este había sido escogido y nombrado por el rey babilónico.


Mientras comían, Ismael y los diez hombres apalabrados con él se pusieron de pie de un salto, sacaron sus espadas y mataron a Guedalías.


Al día siguiente, llegamos a Sidón. Julio fue muy amable y permitió que Pablo visitara a sus amigos y que ellos lo atendieran.


Pero el capitán de los soldados, para salvarle la vida a Pablo, no se lo permitió. Les ordenó que todos los que supieran nadar, saltaran primero al agua para llegar a tierra,


Nos atendieron muy bien y cuando llegó el momento de partir, nos dieron todo lo que necesitábamos para el viaje.


Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es el que me ayuda; no tengo miedo. ¿Qué puede hacerme otro igual a mí?».


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