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Jeremías 34:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

20 Los entregaré a sus enemigos y los matarán. Daré sus cadáveres como alimento a los buitres y a las fieras.

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Biblia Reina Valera 1960

20 los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Los entregaré en manos de sus enemigos y ellos los matarán. Sus cuerpos serán alimento para los buitres y para los animales salvajes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Los entregaré a sus enemigos, y sus cadáveres serán pasto de las aves y de las fieras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Sí, a éstos los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida. Sus cuerpos muertos serán comida de las aves de los cielos y de las bestias de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida; y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.

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Jeremías 34:20
25 Tagairtí Cros  

Prometo que los de tu familia que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y los que mueran en los campos serán comidos por los buitres. Te lo digo yo, el Señor”».


Los de tu familia que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y los que mueran en el campo serán comidos por los buitres». Este mensaje fue enviado a Basá y a su familia debido a que ellos, con sus malas acciones, hicieron que la ira del Señor se encendiera. Basá fue tan malo como Jeroboán, a pesar de que el Señor había destruido a los descendientes de este por sus pecados. El resto de la biografía de Basá, sus hechos y sus conquistas, están escritos en el libro de los reyes de Israel. Cuando Basá murió, lo sepultaron en Tirsá, y su hijo Elá reinó en su lugar.


Han dejado los cadáveres de tus siervos como alimento de las aves del cielo; los cuerpos de tus fieles se han convertido en comida para los animales salvajes.


Y el Señor respondió: Los hombres de la ciudad de Anatot serán castigados por planear tu muerte. Bajo amenaza de muerte te ordenarán que no profetices en el nombre de Dios. Por ello, sus muchachos morirán en batalla, sus niños y niñas morirán de hambre.


Mi pueblo se ha convertido en una presa deseada, de tal manera que sobre él se cierne una multitud de buitres y bestias salvajes que quieren devorarlo.


morirán a causa de guerras y hambrunas. Nadie llevará luto por ellos ni los enterrarán, sino que sus cadáveres yacerán por tierra para pudrirse y abonar el campo. Sus pellejos serán destrozados por buitres y fieras.


Pues yo trastornaré los planes de batalla de Judá y Jerusalén, y dejaré que los ejércitos invasores los aniquilen aquí y dejen sus cadáveres como carroña para buitres y fieras salvajes.


Y finalmente entregaré al propio rey Sedequías y a todo el resto que haya quedado en la ciudad en poder del rey Nabucodonosor de Babilonia, para que los mate sin piedad ni misericordia.


Juró entonces el rey Sedequías ante el Señor, Creador suyo, que no mataría a Jeremías ni lo entregaría a quienes tramaban su muerte.


El rey de Babilonia obligó a Sedequías a presenciar cómo mataban a sus hijos y a todos los nobles de Judá.


¿Y ahora tú, Jerusalén, por qué te pones tu vestido más lindo y las joyas más valiosas y te esmeras tanto con tu maquillaje? ¡No tiene sentido nada de lo que haces! ¡Tus aliados, a los que buscaste para que fueran tus amantes, ahora te desprecian y lo que quieren es verte muerta!


Entregaré al faraón Hofra, rey de Egipto, en manos de quienes procuran matarlo, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia.


¡Mi terrible cólera traerá grandes males contra Elam, dice el Señor, y haré que sus enemigos la aniquilen! Ni siquiera se podrán defender pues caerán de puro miedo ante sus enemigos.


Los cadáveres de mi pueblo serán carroña para las aves y las fieras, pues no quedará ni siquiera quien las espante.


»Pues el Señor Dios dice: “¡Ciertamente te entregaré a tus enemigos, a aquellos que en un tiempo deseaste y ahora aborreces!


Luego te dejaré a ti y a todos los peces desamparados en el desierto para morir, y no serás sepultado, pues yo te he dado como alimento para las fieras y las aves.


Te sacaré y te dejaré varado en tierra para morir. Y todas las aves de los cielos se posarán sobre ti y las fieras de toda la tierra te devorarán hasta saciarse.


Tu cadáver servirá de comida a las aves y a los animales salvajes, y nadie estará allí para espantarlos.


Ven aquí y daré tus carnes a las aves de rapiña y a los animales salvajes —gritó Goliat.


Hoy el Señor te vencerá y yo te mataré y te cortaré la cabeza, y daré tu cadáver y el de tus compañeros a las aves de rapiña y a los animales salvajes. Así todo el mundo sabrá que hay Dios en Israel,


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