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Jeremías 33:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Sin embargo, vendrá el tiempo en que sanaré a Jerusalén y le daré prosperidad y paz.

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Biblia Reina Valera 1960

6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo, sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Yo mismo traeré sanidad y medicina; y los sanaré, y les revelaré la abundancia de paz y de fidelidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Mirad que voy a traerles la salud y la curación: voy a sanarlos y a descubrirles la riqueza de la paz y de la seguridad.

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Jeremías 33:6
36 Tagairtí Cros  

Él sana a los quebrantados de corazón y les venda las heridas.


Los que se humillan delante del Señor heredarán la tierra y vivirán tranquilamente.


Que conozcan tus caminos por toda la tierra, y entre todas las naciones tu salvación.


Que los rectos florezcan durante su reinado, que haya gran prosperidad hasta el fin del tiempo.


Tiempo de matar; Tiempo de sanar; Tiempo de destruir; Tiempo de reedificar;


El Señor zanjará las disputas internacionales, todas las naciones transformarán las armas de guerra en herramientas de paz, por fin cesarán las guerras y terminará el adiestramiento militar.


La luna será tan brillante como el sol, y la luz de este más esplendorosa que la de siete días claros. Así será el tiempo cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curarle las heridas que le causó.


―Está bien —replicó Ezequías—, todo lo que el Señor dice es bueno. ¡Por lo menos habrá paz en mis días!


Y yo seré el maestro de todos tus ciudadanos y grande será la prosperidad de ellos.


Los que siempre buscan hacer el mal, que abandonen sus malos pensamientos y ese estilo de vida, y vuélvanse al Señor, pues él siempre está dispuesto a perdonarlos; el Señor es un Dios compasivo.


He visto lo que hacen, y sin embargo los sanaré, guiaré y consolaré, ayudándoles a llorar por sus pecados y a confesarlos.


¡La paz, la paz esté con ellos, los cercanos y los lejanos, pues a todos los sanaré!


Los que practican esta clase de ayuno brillarán como la luz de la aurora, y el Señor sanará todas sus heridas. Además, la justicia será su guía y la gloria del Señor será su protección a sus espaldas.


Como río inundará la prosperidad a Jerusalén, dice el Señor, pues yo le enviaré las riquezas de los gentiles. Sus hijos serán amamantados por sus pechos, llevados en sus caderas y mecidos en su regazo.


¡Señor, sólo tú puedes sanarme, sólo tú puedes salvarme de todos los peligros, por eso toda la gratitud de mi corazón es sólo para ti!


Pues conozco los planes que para ustedes tengo, dice el Señor. Son planes de bien y no de mal, para darles un futuro y una esperanza.


¡Oh rebeldes hijos míos, vuélvanse a mí y yo los aliviaré del dolor provocado por sus delitos! Y ellos responden: «¡Sí, volveremos, pues tú eres el Señor Dios nuestro!


Ese día los israelitas dirán: «¡Vengan, volvamos al Señor! Él es quien nos ha desgarrado, y él será quien nos sane.


»Yo deseaba perdonar a Israel, pero sus maldades fueron demasiado grandes. ¡Todos los que viven en Samaria son mentirosos, ladrones o bandidos que se meten a las casas a robar, o asaltan en las calles!


El Señor juzgará con justicia entre muchas naciones, y será quien corrija a muchos pueblos poderosos y lejanos. Esas naciones dejarán de vivir obsesionadas con la guerra, convertirán sus espadas de guerra en azadones, y sus lanzas en podaderas. Ya no se entrenarán para la guerra, ni guerrearán entre ellas.


¡Permítenos, Señor, disfrutar otra vez de ese amor y esa fidelidad que hace muchos años prometiste a nuestros antepasados Abraham y Jacob!


»Pero para ustedes que respetan mi fama, se levantará el Sol de Justicia trayendo en sus rayos la salvación. Entonces serán libres y saltarán con gozo, como los terneros que son sacados del establo.


El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les den paz, amor y fe a los hermanos.


»”¿No ven que sólo yo soy Dios? Yo hago morir y hago vivir. Yo hago la herida y yo la sano: nadie se escapa de mi poder.


¡Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!, porque su misericordia es grande y nos ha hecho nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Esto fue así para que tengamos una esperanza viva


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