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Jeremías 31:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Del Señor me alejé, pero tuve que lamentarlo. Me di golpes por mi necedad. Me dio enorme vergüenza todo lo que hice en mi juventud».

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Me aparté de Dios, pero después tuve remordimiento. ¡Me di golpes por haber sido tan estúpido! Estaba profundamente avergonzado por todo lo que hice en los días de mi juventud”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Si bien me he descarriado, ahora me arrepiento, me doy cuenta y me golpeo el pecho. Estoy avergonzado y confundido, pues pesa sobre mí mi infame juventud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Si me aparté, después me arrepentí: Reconocí mi falta y herí mi muslo; Me avergoncé y aún quedé confuso, Porque llevaba la afrenta de mi juventud.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque después de haberme convertido, siento arrepentimiento; y después de haberme conocido, me doy golpes de pecho; estoy avergonzado y compungido, y soporto la infamia de mi juventud'.

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Jeremías 31:19
30 Tagairtí Cros  

y le dije en oración: «Dios mío, estoy avergonzado. Tengo vergüenza de levantar el rostro hacia ti, porque nuestros pecados son tantos, que sobrepasan nuestras cabezas, y nuestra culpa es tan grande como los cielos.


»Has dictado contra mí penas amargas y me estás cobrando todas las locuras de mi juventud.


En plena juventud, sus huesos irán al polvo.


Yo anduve desviado hasta que tú me disciplinaste, ahora obedezco tu palabra.


Pasa por alto los pecados de mi juventud, Señor; mírame con ojos de misericordia y perdón.


No temas, ya no vivirás avergonzada. La vergüenza de tu juventud y el dolor de la viudez no se recordarán más,


Cuando todo te iba bien te lo advertí, pero tú respondiste: «No me molestes». Así fuiste desde tu niñez; ¡de plano te niegas a escuchar!


Aceptemos nuestra vergüenza y deshonra, que desde nuestra niñez nosotros y nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios, y que no le hemos obedecido».


Porque Israel y Judá no han hecho sino lo malo desde su más tierna infancia; me han enfurecido con todas sus malas acciones.


»”Hombre mortal, llora y golpea contra tu muslo en señal de desesperación, pues esa espada matará a mi pueblo y a todos sus jefes. Todos morirán por igual.


Y yo aplaudiré al ritmo de la matanza, dice el Señor, y así calmaré mi gran cólera”».


En Egipto fue donde desde muy jóvenes se entregaron a su lascivia.


¡Y les daré un corazón nuevo, les daré intenciones nuevas y rectas, y pondré un espíritu nuevo en ustedes! ¡Les quitaré sus corazones de piedra, tercos e insensibles, y les daré nuevos corazones, llenos de amor y buenas intenciones!


Entonces se acordarán de sus maldades pasadas y sentirán remordimientos por todos los males que hicieron.


Entonces, cuando estén como exiliados entre las naciones, se acordarán de mí porque yo quitaré su amor por esos ídolos horribles, y evitaré que sus ojos sigan buscando con lujuria esas imágenes idolátricas que son solo basura. Entonces por fin ellos sentirán remordimientos por toda esta maldad que cometieron.


Entonces llenaré las vidas de los habitantes de Jerusalén de espíritu de gracia y oración, y ellos pondrán su atención en mí, a quien traspasaron, y se lamentarán de su antiguo error como se llora la muerte de un primogénito, habrá luto como si se les hubiera muerto el hijo mayor.


En cambio, ahora que regresa ese hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, mandas matar el becerro más gordo para él”.


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó a cierta distancia y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo. Se golpeaba el pecho y decía: “¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy pecador!”.


¿Con qué resultado? No muy bueno, por cierto; y por eso se avergüenzan ahora al pensar en lo que antes hacían, que les llevaba a la muerte.


Si entonces quisieras volverte al Señor tu Dios, y tú y tus hijos comenzaran de todo corazón a obedecer los mandamientos que te he dado en este día,


Debe corregir con mansedumbre a los que se le oponen, con la esperanza de que Dios les conceda que se arrepientan y conozcan la verdad.


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