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Jeremías 30:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Porque vendrá el tiempo cuando restauraré la fortuna de mi pueblo, Israel y Judá, y los traeré de regreso a esta tierra que di a sus antepasados; la poseerán y vivirán de nuevo en ella.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 pues se acerca el tiempo, dice Yavé, en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, haciéndoles retornar a la tierra que di a sus padres en propiedad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque he aquí que vienen días, dice YHVH, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, dice YHVH, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque mira que vienen días -oráculo de Yahveh- en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice Yahveh, y lo volveré al país que di a sus padres para que lo poseyeran'.

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Jeremías 30:3
45 Tagairtí Cros  

Siete meses después de haber regresado a Judá, se reunieron todos en Jerusalén. Para ese entonces ya todos estaban ubicados en sus ciudades.


Pero muchos de los sacerdotes, levitas y demás dirigentes, que ya eran ancianos y recordaban el hermoso templo de Salomón, lloraban en alta voz, mientras los otros gritaban de gozo.


La construcción comenzó en el segundo mes del segundo año de su llegada a Jerusalén. Trabajaban todos los que habían regresado y estaban bajo la dirección de Zorobabel hijo de Salatiel, de Jesúa hijo de Josadac, y de los sacerdotes y levitas. Los levitas que tenían más de veinte años tenían a su cargo la supervisión de la obra.


Haz volver a nuestros cautivos como haces volver los arroyos al desierto.


¡Quiera Dios que de Sion venga la salvación para Israel! Cuando Dios restaure a su pueblo, Jacob gritará de alegría; Israel se regocijará.


Porque llegará un día, dice el Señor, en que pondré como rey en el trono del rey David una Rama justa. Será un Rey que gobierne con sabiduría y rectitud, que hará que la justicia sea la norma de todas las personas en la tierra.


Pero al pueblo de toda nación que se someta al rey de Babilonia se le permitirá quedarse en su propio país y cultivar la tierra como de costumbre.


todavía están por ser llevados a Babilonia y allá se quedarán hasta que yo los mande traer. Después los volveré a traer de regreso a Jerusalén.


La verdad es esta: Pasarán en Babilonia setenta años. Pero entonces vendré y haré por ustedes todas las cosas buenas que he prometido y los conduciré de regreso a su patria.


»Sí, dice el Señor, me hallarán y yo pondré fin a su esclavitud y restauraré su fortuna y los reuniré de entre las naciones a donde los esparcí y los traeré de regreso a su casa y a su patria.


En aquel tiempo los pueblos de Judá e Israel volverán juntos de su cautiverio desde el norte a la tierra que yo di a sus antepasados como herencia para siempre.


¡No temas, pues, oh Jacob, siervo mío; no te desalientes, oh Israel, porque yo te conduciré a tu hogar desde tierras lejanas, y a tus hijos desde su destierro! Todos tendrán reposo y tranquilidad en su propia patria, y nadie los atemorizará


Pero, dice el Señor, cuando yo los haga retornar de su cautiverio a la patria y restaure su fortuna, Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas, el palacio será reconstruido como era antes.


Y escribe también esto respecto a Israel y Judá:


Pero el Señor dice: ¡No llores más, porque yo he oído tus plegarias y te aseguro que los volverás a ver; regresarán a ti desde la lejana tierra enemiga donde ahora se encuentran!


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Cuando yo los traiga de regreso dirán en Judá y sus ciudades este refrán: «¡El Señor te bendiga, oh lugar donde se practica la justicia, lugar santo!».


El Señor dice: En el futuro cercano multiplicaré la población y también el ganado aquí en Israel.


Llegará el día, dice el Señor, cuando celebraré un nuevo convenio con el pueblo de Israel y Judá.


Más bien viene el día, dice él, cuando todo Jerusalén será reconstruida por el Señor, desde la torre de Jananel en la esquina nordeste, hasta la puerta de la Esquina en el noroeste;


Pero aun así, yo traeré de nuevo a mi pueblo de regreso desde todos los países en donde mi furia los habrá esparcido. Los traeré a esa misma ciudad y haré que vivan en paz y seguridad.


Sí, se volverán a comprar y vender tierras —se firmarán y sellarán documentos de compra-venta ante testigos— en la región de Benjamín y aquí en Jerusalén, en las ciudades de Judá y en toda la región montañosa, en el valle de Filistea y también en el sur, porque un día yo les restauraré su prosperidad.


Jeremías escribió en un rollo todos los espantosos males que Dios tenía planeados contra Babilonia —los cuales han sido consignados más arriba—


Entonces cuando los haya traído de regreso a la tierra que prometí a sus antepasados sabrán que yo soy el Señor.


Yo traeré mis ovejas, los israelitas, de vuelta de entre los pueblos y naciones donde estaban de regreso a su hogar en su propia tierra de Israel, y las alimentaré sobre las montañas de Israel y al lado de los ríos donde la tierra es fértil y buena.


¡Porque los traeré de vuelta a la tierra de Israel!


En cambio cada una de las otras tribus tendrá una porción igual. Yo prometí con mano alzada, en señal de juramento, dar la tierra a sus antepasados, y ahora la heredarán ustedes.


En el tiempo que viene, cuando yo restaure la prosperidad de Judá y Jerusalén,


Allí será reubicado el pequeño grupo de sobrevivientes de Judá. Reposarán en las casas abandonadas de Ascalón. Y es que el Señor Dios visitará a su pueblo con su misericordia y nuevamente restaurará su prosperidad.


»En aquel tiempo te recogeré, reuniré a tus hijos e hijas y los traeré nuevamente a su hogar. Te daré un buen nombre, te haré famoso entre todos los pueblos de la tierra, y ellos te elogiarán cuando vean que yo restauro tus bienes y tu prosperidad. Lo digo yo, el Señor».


Les dijo a sus discípulos: ―Llegará el tiempo en que ustedes desearán ver por lo menos uno de los días del Hijo del hombre, pero no podrán.


Llegarán sobre ti días en que tus enemigos harán un muro y te rodearán, y te atacarán por todos lados.


―Llegará el día en que no quedará ni una piedra que esté sobre otra. Todo será destruido.


el Señor tu Dios te rescatará del cautiverio. Él tendrá misericordia de ti y te recogerá de todas las naciones donde te haya esparcido.


a la tierra de tus antepasados. Poseerás nuevamente la tierra y él te hará bien y te multiplicará aun más que a tus antepasados.


Pero Dios les reprochó sus defectos y dijo: «Llegará el día, —dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con el pueblo de Judá.


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