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Jeremías 30:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

17 Les devolveré a ustedes la salud y sanaré sus heridas. Ahora los llaman «Los desechados» y «Jerusalén, sitio que nadie quiere».

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Biblia Reina Valera 1960

17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Te devolveré la salud y sanaré tus heridas —dice el Señor—, aunque te llamen desechada, es decir, “Jerusalén, de quien nadie se interesa”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ya que a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, yo voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y Yo haré curar tus llagas, Y sanaré tus heridas, dice YHVH, Porque te llamaron la repudiada, diciendo: ¡Ésta es Sión, de la quien nadie cuida!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pero voy a hacer cicatrizar tu herida y voy a curarte de tus llagas -oráculo de Yahveh-, porque te llamaron 'La Desechada', Sión, la que no tiene quien la cuide.

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Jeremías 30:17
36 Tagairtí Cros  

Pues aunque él hiere, venda y vuelve a sanar.


Él perdona todos tus pecados y sana todas tus enfermedades,


Él habló y fueron sanados, arrebatados de las puertas de la muerte.


El Señor responda: «Yo me levantaré y defenderé a los oprimidos, a los pobres, a los necesitados. Los rescataré como ellos anhelan».


Mira a mi derecha y ve: nadie me tiende la mano. Nadie me ayuda; a nadie le interesa lo que me pase.


Me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia, por amor a su nombre.


Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si ustedes prestan atención a mi voz, y me obedecen y hacen lo que es bueno, no los dejaré sufrir las enfermedades que envié sobre los egipcios, porque yo soy el Señor que les da la salud».


Alzará una bandera entre las naciones como señal para que estas se congreguen. De todos los confines de la tierra recogerá a los israelitas dispersos.


La luna será tan brillante como el sol, y la luz de este más esplendorosa que la de siete días claros. Así será el tiempo cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curarle las heridas que le causó.


El pueblo de Israel ya no dirá: «Estamos enfermos y desesperados», porque el Señor les perdonará sus pecados y los bendecirá.


Porque el Señor te ha llamado para que dejes tu dolor, joven esposa abandonada por tu marido.


Porque el Señor que hace volver a los desterrados de Israel dice: «A otros traeré además de mi pueblo Israel».


He visto lo que hacen, y sin embargo los sanaré, guiaré y consolaré, ayudándoles a llorar por sus pecados y a confesarlos.


¡La paz, la paz esté con ellos, los cercanos y los lejanos, pues a todos los sanaré!


Los que practican esta clase de ayuno brillarán como la luz de la aurora, y el Señor sanará todas sus heridas. Además, la justicia será su guía y la gloria del Señor será su protección a sus espaldas.


Aunque una vez Jerusalén fue despreciada, odiada y rechazada de todos, será hermosa para siempre, gozo para todos los descendientes de ustedes.


Ay, desapareció mi hogar, se han llevado a mis hijos e hijas y jamás volveré a verlos! ¡Mi casa ha sido completamente desmantelada! No ha quedado nadie que pueda ayudarme a reconstruir mi casa.


¡Señor, sólo tú puedes sanarme, sólo tú puedes salvarme de todos los peligros, por eso toda la gratitud de mi corazón es sólo para ti!


¡Oh rebeldes hijos míos, vuélvanse a mí y yo los aliviaré del dolor provocado por sus delitos! Y ellos responden: «¡Sí, volveremos, pues tú eres el Señor Dios nuestro!


No hay quien los ayude a vendar su herida y ningún remedio es eficaz.


¿Has oído lo que el pueblo dice? ¡Que el Señor eligió a Judá e Israel y luego los abandonó! Se burlan y dicen que Israel no merece ser tenida como nación.


Sin embargo, vendrá el tiempo en que sanaré a Jerusalén y le daré prosperidad y paz.


¿No hay remedio en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué no hace Dios algo? ¿Por qué no nos brinda su auxilio?


Todos los que pasan por el camino al verte aplauden en son de burla; entre silbido y muecas, dicen: «¿Es esta la ciudad a la que llaman Hermosa, supuestamente la alegría de toda la tierra?».


Buscaré a las perdidas, las que se han descarriado, y las traeré de vuelta al redil con seguridad. Yo entablillaré y vendaré a las perniquebradas y sanaré a las enfermas. No dedicaré mi atención sólo a las robustas y bien engordadas.


Y tú te darás cuenta de que yo he oído cada palabra perversa que hablaste contra el Señor, diciendo: ‘¡Su pueblo está desamparado; será presa fácil para nosotros, en un dos por tres lo doblaré!’.


Pero cuando estaban esparcidos entre las naciones, entonces ellos fueron una mancha sobre mi intachable fama porque las naciones decían: “¡Estos son el pueblo de Dios, y él no pudo protegerlos de la desgracia!”.


Yo lo capacité desde su infancia, le enseñé a andar y lo sostuve en mis brazos. Pero él ni siquiera se dio cuenta de que era yo quien lo cuidaba.


Ese día los israelitas dirán: «¡Vengan, volvamos al Señor! Él es quien nos ha desgarrado, y él será quien nos sane.


»Pero para ustedes que respetan mi fama, se levantará el Sol de Justicia trayendo en sus rayos la salvación. Entonces serán libres y saltarán con gozo, como los terneros que son sacados del establo.


Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


y corría en medio de la calle principal de la ciudad. En ambas riberas crecía el árbol de la vida, que produce frutos todos los meses, doce veces al año, y con sus hojas se curan las naciones.


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