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Jeremías 13:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Las ciudades del sur han sido sitiadas por el enemigo. Y ahora todo el pueblo de Judá será llevado como esclavo a tierras lejanas.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Las ciudades del Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue transportada, llevada en cautiverio fue toda ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Las ciudades del Neguev cerrarán sus puertas y nadie será capaz de abrirlas. La gente de Judá será llevada cautiva; todos serán llevados al destierro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¡Las ciudades del Negueb han sido cerradas y nadie viene a abrirlas! Todo Judá es deportado, deportado en masa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Las ciudades del Mediodía han sido cerradas, y no hay quien las abra; Todo Judá marcha al destierro, Sin faltar uno son llevados en cautiverio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Las ciudades del sur están cerradas, sin que nadie las abra. Judá todo entero está deportado, ha sido deportado en masa.

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Jeremías 13:19
21 Tagairtí Cros  

que está en la región de Jamat, y los hizo matar. Fue así como la gente de Judá fue sacada de su tierra y llevada cautiva a Babilonia.


El árbol genealógico al cual pertenecía cada israelita, está registrado cuidadosamente en el libro de los reyes de Israel. Los habitantes de Judá, debido a su infidelidad a Dios, fueron llevados cautivos a Babilonia.


¡Y cuán grande es su poder! Lo que él destruye no puede reedificarse. Cuando él acorrala a un hombre, no hay escapatoria.


Y de todas las regiones de Jerusalén, y de las ciudades de Judá y de Benjamín, y más al sur, y de las tierras bajas que se localizan al oeste de Judá, acudirá el pueblo con sus ofrendas quemadas y sus ofrendas de grano y perfumes agradables, trayendo sus sacrificios para rendir homenaje al Señor en su templo.


Porque el Señor enviará terror sobre ti y todos tus amigos, y los verás morir por herida de espada, traspasados por sus enemigos. Dejaré a Judá en manos del rey de Babilonia, dice el Señor, y él se llevará a los de este pueblo como esclavos a Babilonia y dejará que los acuchillen.


Después que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, capturó y sometió a esclavitud a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y lo llevó prisionero a Babilonia junto con los príncipes de Judá y los obreros calificados —carpinteros y herreros—, el Señor me dio otra visión.


y traeré de regreso al rey Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los demás cautivos que se encuentran desterrados en Babilonia, dice el Señor. Tengan por cierto que los libraré de la opresión que sufren de parte del rey de Babilonia.


Sí, se volverán a comprar y vender tierras —se firmarán y sellarán documentos de compra-venta ante testigos— en la región de Benjamín y aquí en Jerusalén, en las ciudades de Judá y en toda la región montañosa, en el valle de Filistea y también en el sur, porque un día yo les restauraré su prosperidad.


Nuevamente sus rebaños se multiplicarán en los pueblos montañosos y en las ciudades al este de la llanura filistea, en todas las ciudades del sur, en la región de Benjamín, en la cercanía de Jerusalén y en todas las ciudades de Judá.


Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, y sus hombres enviaron a Babilonia al resto de la población de Jerusalén y a los que se habían pasado de su lado.


en donde el rey los mandó matar. Así se realizó el exilio de Judá.


El número de cautivos llevados a Babilonia el séptimo año del reinado de Nabucodonosor fue de tres mil veintitrés.


cinco años después envió a Nabuzaradán, el capitán de su guardia, y se llevó setecientos cuarenta y cinco, haciendo un total de cuatro mil seiscientos cautivos.


Han expulsado a Judá de su propio territorio y la han sometido a trabajos forzados y dolorosos. Sus enemigos la alcanzaron y la llenaron angustia.


Hace muchos años, cuando Jerusalén y las ciudades vecinas estaban llenas de gente y tenían paz, cuando también el desierto del Néguev y los valles del oeste estaban poblados, los antiguos profetas les advirtieron que esta actitud los conduciría a la ruina, como efectivamente ocurrió.


»Si no escuchas al Señor tu Dios y no obedeces estas leyes que te doy en este día, todas estas maldiciones vendrán sobre ti: »Maldito sea en la ciudad; maldito sea en el campo. »Maldiciones en las frutas y en el pan. »Maldición de matrices estériles. »Maldición sobre tus cosechas. »Maldiciones sobre la fertilidad de tus ovejas y vacas. »Maldiciones cuando entres; maldiciones cuando salgas.


Esa nación pondrá sitio a tus ciudades y derribará tus murallas altas, en las cuales confiaste creyendo que serían tu protección.


Los exploradores harán un mapa dividido en siete secciones, y luego haremos un sorteo delante del Señor para decidir qué secciones serán entregadas a cada tribu. El territorio de Judá quedará al sur, y el de los de la casa de José al norte.


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