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Isaías 8:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 Mi pueblo será llevado cautivo, claudicante, fatigado y hambriento. Y llevados del hambre, en su desvarío sacudirán el puño contra el cielo y maldecirán a su rey y a su Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Irán de un lugar a otro, fatigados y hambrientos. Y porque tienen hambre, se pondrán furiosos y maldecirán a su rey y a su Dios. Levantarán la mirada al cielo

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Andarán vagando por el país, amargados y hambrientos, y se pondrán furiosos por el hambre, y maldecirán a su rey y a su Dios: levantarán sus ojos al cielo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, Y sucederá que teniendo hambre, Se indignarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Alzarán la vista

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pasará alguien oprimido y hambriento; el hambre le irritará y maldecirá a su rey y a su Dios. Volverá su rostro hacia arriba,

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Isaías 8:21
25 Tagairtí Cros  

Los últimos alimentos de la ciudad fueron consumidos el día nueve del mes cuarto de ese año, es decir, el año once.


Eliseo aún estaba diciendo esto cuando llegó el mensajero (seguido por el rey). ―El Señor ha causado toda esta aflicción —dijo el rey—. ¿Por qué he de esperar ayuda de él?


Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!


»Su vigor está agotado por el hambre; la calamidad acecha para lanzarse sobre él.


Su esposa le reprochó: ―¿Persistes en tu vida piadosa viendo todo lo que Dios te ha hecho? ¡Maldícelo y muérete!


»No ofenderán ni maldecirán a las autoridades, ni a los jueces ni a los gobernantes.


Por su propia necedad el hombre puede echar a perder su vida y luego echarle la culpa al Señor.


Yo pastorearé a los pobres de mi pueblo; ellos pacerán en mis pastos. En paz se acostarán los menesterosos. Pero a ti, a ti te raeré mediante el hambre y la espada.


Estos dos males te han tocado en suerte: desolación y destrucción. Sí, hambre y espada. ¿Y quién ha quedado para compadecerte? ¿Quién ha quedado para consolarte?


Es por todo ese mal que no cuentan con las bendiciones de Dios; por eso es que él no castiga a quienes les hacen mal a ustedes. Con razón caminan en tinieblas y no en luz;


Por lo tanto, el Señor Dios dice: Ellos morirán de hambre, pero mis siervos tendrán qué comer; padecerán de sed mientras ellos beben; estarán tristes y avergonzados, pero ellos se gozarán;


Manasés contra Efraín, Efraín contra Manasés, y ambos contra Judá. Pero ni aun después de todo esto se satisface la ira de Dios. Aún pende sobre ellos su mano para aplastarlos.


Si salgo a los campos, allí están los cuerpos de los muertos caídos por las heridas de las espadas enemigas; y si ando por las calles, allí están tirados los muertos que causaron el hambre y la enfermedad. Y sin embargo, los profetas y sacerdotes por igual se encargaron de viajar por todo el país afirmando a diestra y siniestra de que todo andaba bien, hablando de cosas que ignoraban por completo.


Finalmente, el día nueve del cuarto mes, agravada el hambre en la ciudad, pues habían consumido hasta el último bocado,


Durante la pelea, el hijo del egipcio maldijo el nombre de Dios. Entonces fue llevado ante Moisés para ser juzgado. El nombre de la madre era Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan.


Cuando llegue ese día, ustedes derramarán amargas lágrimas a causa del rey que piden hoy, pero el Señor no les ayudará.


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