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Isaías 5:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Ustedes llevan buena música a sus grandes fiestas; las orquestas son magníficas. Pero no piensan en el Señor ni de él se preocupan.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Proveen vino y música hermosa para sus grandes fiestas —lira y arpa, pandereta y flauta— pero nunca piensan en el Señor ni se dan cuenta de lo que él hace.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Hay cítaras, panderetas, arpas, flautas y vino en su banquete, pero no ven la obra de Yavé ni entienden lo que él está preparando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Todo es arpa y salterio, flauta y tamboril, y vino en sus banquetes, Pero no consideran lo que YHVH ha hecho, Ni miran la obra de sus manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Sólo hay cítaras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus banquetes; pero no miran la acción de Yahveh, no ven la obra de sus manos.

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Isaías 5:12
20 Tagairtí Cros  

¿Por qué no me diste la oportunidad de hacer una despedida con canciones, orquestas y arpa?


Ya tengo ochenta años y la vida ha perdido el gusto para mí. El alimento y el vino ya no me saben a nada, y ni siquiera puedo escuchar bien las voces de los cantores y cantoras. Yo sólo sería una carga para mi señor, el rey.


Porque ellos se desviaron de los caminos de Dios,


A ellos nada les importa lo que el Señor ha hecho o ha creado; por lo tanto, los derribará y nunca jamás se levantarán de su ruina.


Pero en vez de ello, cantan, danzan y juegan, comen y beben. «Comamos, bebamos y alegrémonos, dicen, ¡qué más da, si mañana moriremos!».


No se escucharán más las melodiosas cuerdas del arpa ni la pandereta, se acabaron los días dichosos.


¡Ay de Jerusalén, la ciudad de David! Año tras año presentan múltiples ofrendas,


Hasta se burlan del Santo de Israel y desafían al Señor a que los castigue. «¡Vamos, castíganos, Señor!», dicen. «¡A ver qué puedes hacer!».


«Vamos», dicen. «Conseguiremos vino y haremos fiesta; embriaguémonos. ¡Esto se llama vivir; que siga la fiesta, y mañana será aún mejor!».


Haré cesar la música de tus cantos; ya no tendrás más motivos para organizar alegres fiestas.


Pues ha desafiado al Señor del cielo al traer aquí estas copas robadas de su templo; y usted, sus esposas y concubinas, y sus nobles han estado bebiendo de ellas y al mismo tiempo elogiando a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que ni ven ni oyen, ni tampoco entienden algo. ¡Pero no han elogiado al Dios que les da el aliento y tiene dominio sobre sus vidas!


»Había un hombre rico que se vestía con ropas muy lujosas y a diario hacía fiestas donde servían espléndidos banquetes.


Aun respecto de los instrumentos musicales —la flauta o el arpa, digamos—, ¿cómo se distinguirá lo que tocan si no dan un sonido distinto?


Cuando estas personas asisten a las comidas fraternales de ustedes, comen y beben hasta más no poder, sin pensar en los demás. Son como nubes sin agua arrastradas por el viento. Son como árboles sin frutos en tiempo de cosecha; han sido arrancados de raíz y están totalmente muertos.


Confíen en él y adórenlo con sinceridad. Piensen en las grandes cosas que ha hecho por ustedes.


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