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Isaías 48:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Escúchenme todos los que forman parte de mi pueblo; ustedes los que juran lealtad al Señor y lo invocan, pero son unos hipócritas y mentirosos.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Escúchame, oh familia de Jacob, tú que llevas el nombre de Israel y naciste en la familia de Judá. Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del Señor e invocas al Dios de Israel. No cumples tus promesas,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen esto, familia de Jacob, ustedes que llevan el nombre de Israel y que son hijos de su padre Judá. Ustedes que juran por el nombre de Yavé e invocan al Dios de Israel, pero con mala fe y sin sinceridad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oíd esto, oh casa de Jacob, Vosotros, que lleváis el nombre de Israel, Y brotáis de la fuente de Judá; Que juráis por el nombre de YHVH, e invocáis al Dios de Israel, Pero no con sinceridad ni rectitud,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esto, los de la casa de Jacob, los que lleváis el nombre de Israel, los que salieron de la semilla de Judá, los que juran por el nombre de Yahveh y del Dios de Israel hacen mención, mas no con verdad y rectitud,

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Isaías 48:1
48 Tagairtí Cros  

―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.


Le dijo Dios: «Hasta hoy te llamaste Jacob (usurpador). Pero a partir de este momento ya no te llamarás Jacob, sino Israel (el que prevalece con Dios)». Así que Dios le cambió el nombre.


Todavía hacen lo mismo: siguen sus prácticas anteriores en vez de adorar en forma verdadera al Señor, y obedecer las leyes que él les dio a los descendientes de Jacob (cuyo nombre más tarde le fue cambiado por el de Israel).


Pero Guiezi, siervo de Eliseo, se dijo: «Mi amo no debió haber dejado que este hombre se fuera sin recibirle sus regalos. Yo lo alcanzaré y le pediré algo». Así que salió en busca de Naamán.


Pero el rey se regocijará en Dios. Todos los que en él confían se alegrarán, y los mentirosos serán acallados.


¡Qué imponentes son tus obras, oh Dios! ¡Cuán grande es tu poder! ¡Con razón se rinden tus enemigos!


«Que todo el pueblo de Israel alabe al Señor, alaben a Dios los descendientes de Israel».


La joven tribu de Benjamín va a la cabeza; los príncipes y ancianos de Judá, y los príncipes de Zabulón y Neftalí vienen detrás.


»Obedezcan todas estas cosas, y recuerden que no deben ni siquiera mencionar el nombre de otro dios.


Tu amor y fidelidad le corresponden sólo a ella; ¡jamás se los entregues a otra!


¡Oh, Señor Dios nuestro, hace tiempo que adoramos a otros dioses, pero ahora te adoramos sólo a ti!


«Al Señor pertenecemos», dirán orgullosos, «somos israelitas», y tatuarán en sus manos el nombre de Dios o el honorable nombre de Israel.


Por mí mismo he jurado y jamás me retractaré, porque mi palabra es verdad, anuncio que toda rodilla en el mundo se doblará ante mí, y toda lengua jurará lealtad a mi nombre.


¡Escúchenme, hombres empecinados y perversos,


¡Escúchenme todos los que aman la justicia y buscan al Señor! Tengan en cuenta la cantera de que fueron sacados, la roca de donde fueron labrados.


Sí, piensen en sus antepasados Abraham y Sara, de los cuales provienen. Se angustian por ser tan pocos y tan pequeños, pero Abraham era solamente uno cuando yo lo llamé. Pero cuando yo lo bendije, se convirtió en una gran nación.


¡Mi pueblo está lleno de hipócritas! Acuden al templo cada día y les encanta oír la lectura de mis leyes, como si fueran a obedecerla, como si no menospreciaran los mandamientos de su Dios. ¡Qué afán muestran porque se les enseñen leyes justas, y les encanta estar cerca de mí!


El Señor le juró solemnemente a Jerusalén: ¡Jamás volveré a entregarte en manos de tus enemigos, jamás volverán soldados extranjeros a arrebatarte el trigo y el vino!


Estamos completamente contaminados e inmundos de pecado. Todas nuestras buenas obras son como inmundos harapos. Como hojas de otoño nos decoloramos, nos marchitamos y caemos. Como viento, nos arrastran nuestros pecados.


Sin embargo, vendrán días cuando todos los que invoquen una bendición o presten juramento lo harán al Dios fiel; porque desecharé mi enojo y olvidaré el mal que hicieron.


y si juras pertenecerme sólo a mí, el Dios viviente, e inicias una vida buena, honrada y limpia, serás testimonio para las naciones del mundo y estas acudirán a mí y servirán también para difundir mi gran fama!


Pero escuchen el mensaje del Señor, todos ustedes, judíos que viven en tierra de Egipto: Por mi gran fama he jurado, dice el Señor, que de nada les servirá ya buscar mi auxilio y bendición, diciendo: «¡Oh Señor Dios nuestro, ayúdanos!».


¡Y es que ustedes mienten hasta cuando juran!


No deben jurar en falso, difamando el nombre de Dios, porque yo soy el Señor.


Esta gente dice también: «¿Acaso creen que la descendencia de Jacob está maldita? ¿Creen que Dios ha dejado de ser paciente con nosotros? ¿Acaso las palabras del Señor no son siempre para nuestro bien? ¡Nunca nos irá mal, pues somos el pueblo justo!».


Acabaré con todos los que se suben a los terrados para rendir homenaje al sol, la luna y las estrellas. Destruiré a todos los que me rinden homenaje a mí, pero al mismo tiempo rinden homenaje al dios Moloc.


Entonces el ángel me dijo: «Este rollo representa el castigo que vendrá sobre la tierra. Dice que todos los que roban y mienten han sido juzgados y sentenciados a muerte. En este rollo están registrados en un lado los robos y en el otro los falsos juramentos.


«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Serán bendecidos con abundancia de aguas, y vivirán en muchos lugares. El rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.


»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a nadie!


Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo: ―Aquí viene un verdadero israelita, en el que no hay engaño.


Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo guiados por el Espíritu y en forma verdadera.


Tú, como judío, te apoyas en la ley y te sientes orgulloso de tu relación con Dios.


Entonces, ¿perdieron valor las promesas de Dios? No. Lo que pasa es que no todos los que descienden de Israel son el verdadero pueblo de Israel.


Esto quiere decir que no todos los hijos de Abraham son hijos de Dios. Solo se les considera verdaderos hijos, a los que lo son en cumplimiento de la promesa de Dios.


Temerás, pues, al Señor tu Dios; y lo servirás, lo seguirás, y jurarás solamente por su nombre.


Por esta razón, Israel habita confiada, prosperando en tierra de grano y de vino, mientras las lluvias suaves descienden de los cielos.


»El Señor accedió a la petición y me dijo: “He oído lo que el pueblo te ha dicho y estoy de acuerdo.


Por esa razón solo al Señor debes rendirle toda honra, servirlo y usar su nombre para respaldar tus juramentos y promesas.


Los propagadores de tales enseñanzas mienten con tanta hipocresía que la conciencia ni siquiera les molesta.


Estoy al tanto de que has sufrido mucho por el Señor y conozco tu pobreza. ¡Aunque eres rico! Conozco las difamaciones de los que se te oponen, que dicen ser judíos y no lo son, porque son una sinagoga de Satanás.


Obligaré a los de la sinagoga de Satanás, que dicen mintiendo que son míos, a postrarse a tus pies y reconocer que te amo.


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