Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 44:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Oh siervo mío, el Señor, quien te hizo, quien te ayudará, dice: ¡No temas, oh Jerusalén, mis elegidos, no teman!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor que te hizo y que te ayuda, dice: “No tengas miedo, oh Jacob, siervo mío, mi amado Israel, mi elegido.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así habla Yavé, el que te hizo, tu socorro, el que te formó desde el seno materno: No teman, hijos de Jacob, mi servidor, Israel a quien yo elegí.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Así dice YHVH, Hacedor tuyo, Y el que te formó desde el seno materno, tu Ayudador: No temas, siervo mío Jacob, Tú, Jesurún,° mi escogido.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Así dice Yahveh, tu creador, tu formador desde el seno, que te ayuda: no temas, siervo mío Jacob, Yesurún, a quien elegí.

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 44:2
29 Tagairtí Cros  

Dios mismo habita en aquella ciudad, la cual por tanto se mantiene firme. Dios lo protegerá al rayar el alba.


Sí, tú me has acompañado desde que nací; desde el vientre de mi madre me has cuidado. ¡Razón tengo para estar alabándote siempre!


Vamos, arrodillémonos ante el Señor nuestro hacedor,


Mi pueblo es como secas ramas de árbol, quebradas y puestas como leña debajo de las ollas. Son una nación necia, un pueblo fatuo e insensato, puesto que se aparta de Dios. Por lo tanto, no se apiadará de sus habitantes el que los hizo, ni les mostrará misericordia.


No temas, pues yo estoy contigo, no te desanimes. Yo soy tu Dios, yo te fortaleceré, yo te ayudaré, yo te sostendré con mi triunfante mano diestra.


Aunque seas despreciado, no temas, oh Israel, porque yo te auxiliaré. Yo soy el Señor, tu Redentor; yo soy el Santo de Israel.


¡Pero tú, oh Israel, eres mío, mi pueblo elegido, porque eres la descendencia de Abraham, y él fue amigo mío!


Ahora, oh Israel, el Señor, quien te creó, dice: ¡No temas, pues yo te rescaté, yo te llamé por tu nombre, eres mío!


Yo hice a Israel para mí, y algún día este pueblo mío me honrará ante el mundo.


No temas, pues yo estoy contigo. Yo te recogeré del este y del oeste,


Vendrán todos los que me invocan como su Dios, pues para gloria mía los hice, yo los creé.


Presta atención, Israel, pues siervo mío eres. Yo te hice y no me olvidaré de ayudarte.


El Señor, tu Redentor, quien te hizo, dice: Todas las cosas por mi fueron hechas, sólo yo extendí los cielos. Yo solo hice la tierra y cuanto en ella hay.


El Señor, el Santo de Israel, el Creador de Israel, dice: ¿Quién eres tú para darme órdenes respecto de la obra de mis manos?


Escúchenme, todos los habitantes de lejanas tierras: El Señor me llamó antes de mi nacimiento, desde el vientre de mi madre me llamó por mi nombre.


El Señor me formó desde el vientre de mi madre para que le sirviera, él fue quien me encargó restaurar para él a su pueblo Israel y el que me ha dado fuerza para realizar esta tarea y me ha honrado por cumplirla. El Señor me dijo:


Yo había determinado tu futuro desde que te estabas formando en el vientre de tu madre; antes que nacieras te escogí y te consagré como vocero mío ante el mundo.


¡No temas, pues, oh Jacob, siervo mío; no te desalientes, oh Israel, porque yo te conduciré a tu hogar desde tierras lejanas, y a tus hijos desde su destierro! Todos tendrán reposo y tranquilidad en su propia patria, y nadie los atemorizará


»No tengan miedo, mi pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes, en su bondad, quiere darles el reino.


Y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los hizo justos; y a los que hizo justos, los glorificó.


Desde antes que formara el mundo, Dios nos escogió para que fuéramos suyos a través de Cristo, y resolvió hacernos santos y sin falta ante su presencia.


»Pronto Israel estuvo saciado, engordó y dio coces; entonces, en la abundancia se olvidaron de su Dios y despreciaron a la Roca de su salvación.


»No hay como el Dios de Jesurún, desciende de los cielos con majestuoso esplendor para ayudarte.


El Señor es rey en Jesurún, elegido por una congregación de jefes de las tribus.


Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido.


Acerquémonos, pues, confiadamente al trono del Dios de amor, para encontrar allí misericordia y gracia en el momento en que las necesitemos.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí