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Isaías 43:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Porque yo soy el Señor tu Dios, tu Salvador, el Santo de Israel. Entregué Egipto, Etiopía y Seba a cambio de tu libertad, como rescate por ti.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía y a Seba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues yo soy Yavé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto Etiopía y Saba, en lugar tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque Yo, YHVH tu Dios, El Santo de Israel, soy tu Salvador. A Egipto he dado por tu rescate, A Cus° y a Seba° a cambio de ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues yo, Yahveh, soy tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Doy a Egipto por tu rescate, a Cus y a Sebá por ti.

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Isaías 43:3
29 Tagairtí Cros  

Los hijos de Cus fueron: Seba, Javilá, Sabtá, Ragama y Sabteca. Los hijos de Ragama fueron: Sabá y Dedán.


Los reyes de Tarsis y de las costas remotas, le darán tributo. Los reyes de Sabá y Seba, todos traerán sus obsequios.


Los funcionarios se presentaron delante del faraón, y le preguntaron: ―¿Vas a permitir que seamos destruidos completamente? ¿No sabes que todo Egipto está en ruinas? Deja que ese pueblo vaya y adore al Señor su Dios.


«Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.


El justo se salva de la calamidad, pero la desgracia le sobreviene al malvado.


El malvado pagará por el justo, y el traidor por el hombre intachable.


Esta será señal de lealtad al Señor Todopoderoso. Entonces, cuando clamen al Señor pidiendo ayuda contra quienes los oprimen, él les enviará un Salvador, y este los librará.


Entonces el Señor dijo: Mi siervo Isaías, que durante estos tres años ha andado desnudo y descalzo, es símbolo de la tremenda tribulación que traeré sobre Egipto y Etiopía.


Aunque seas despreciado, no temas, oh Israel, porque yo te auxiliaré. Yo soy el Señor, tu Redentor; yo soy el Santo de Israel.


¡Yo soy el Señor! Ese es mi nombre y no daré a ningún otro mi gloria, no compartiré mi alabanza con ídolos tallados.


Yo soy el Señor y no hay otro salvador.


El Señor dice: Los egipcios, etíopes y sabeos estarán sujetos a ti. Acudirán a ti con todas sus mercancías, las cuales te pertenecerán. Irán tras ti como prisioneros en cadenas y se postrarán de rodillas ante ti diciendo: «¡El único Dios que hay, es tu Dios!».


Ciertamente, oh Dios de Israel, Salvador, te manifiestas en formas misteriosas y extrañas.


Consulten entre ustedes, argumenten su causa. ¿Quién sino Dios dijo que todo esto se cumpliría? Porque no hay Dios sino yo, Dios justo y Salvador. No, ¡no hay ni uno!


Haré que sus enemigos se coman su propia carne y se embriaguen con ríos de su propia sangre. El mundo entero sabrá que yo, el Señor, soy su Salvador y Redentor, el Poderoso de Israel.


Poderosos reyes y aguerridas naciones proveerán de lo mejor de sus bienes para satisfacer todas las necesidades de todos ustedes, y finalmente todos los que habitan en Jerusalén reconocerán que yo, el Señor, soy su Salvador y Redentor, el Poderoso de Israel.


Él dijo: Míos son, sin duda no volverán a serme desleales. Y él se convirtió en su Salvador,


Oh Esperanza de Israel, Salvador nuestro en tiempos de aflicción, ¿por qué nos tratas como si fueras un extraño, como forastero de paso que sólo se detiene una noche, indiferente a lo que pasa?


Y cuando con esa actitud acudan a mí, entonces yo les mostraré mi poder y energía y haré que por fin comprendan que sólo yo soy Dios, y que mi nombre es el Señor.


»”Así se volverá aun más famoso mi gran nombre entre mi pueblo Israel; no permitiré que sea mofado más. Y las naciones también sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel.


El Señor dice: «Sólo yo soy su Dios, el Señor, y lo he sido desde que los saqué de Egipto. No tienen otro Dios aparte de mí, pues no hay ningún otro Salvador.


»Yo soy el Señor su Dios. Consérvense puros en estas cosas y sean santos, porque yo soy santo. Por lo tanto, no se contaminen tocando estos animales que se arrastran sobre la tierra.


El Señor ha dicho: «Israelitas, ¿acaso no son ustedes para mí iguales que los cursitas? ¿Acaso yo, que los saqué a ustedes de Egipto, no he hecho lo mismo con otros pueblos también? Yo saqué de Creta a los filisteos y de Quir a los sirios. Lo ha dicho el Señor.


¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!


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