Isaías 41:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200810 No temas, pues yo estoy contigo, no te desanimes. Yo soy tu Dios, yo te fortaleceré, yo te ayudaré, yo te sostendré con mi triunfante mano diestra. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196010 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente10 No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)10 No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion10 No temas, porque Yo estoy contigo; No desmayes, porque Yo soy tu Dios; Te fortaleceré y siempre te ayudaré, Sí, Yo te sostendré con mi diestra victoriosa.° Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197510 no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora. Féach an chaibidil |
Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, dirigente de los treinta, y por eso este respondió: «¡Somos tuyos, David! ¡Estamos a tu lado, hijo de Isaí! ¡Paz, paz para ti, paz para todos los que te apoyan; porque tu Dios está contigo!». Por consiguiente, David los recibió y permitió que se unieran a él, y los nombró jefes de su ejército.
El Señor dice: En momento oportuno llegó tu petición. Te libraré de perjuicio prematuro, y te daré a Israel como prenda y señal, como prueba de que restableceré la tierra de Israel y la volveré a dar a su propio pueblo. Por medio de ti llamo a los cautivos de las tinieblas: «¡Salgan! ¡Salgan! ¡Yo les doy libertad!». Ellos serán ovejas mías que pastarán en verdes prados y en hermosas colinas.
A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.