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Isaías 26:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 Confíen siempre en el Señor Dios, porque en el Señor hay fortaleza eterna.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 No duden nunca de Yavé, pues Yavé es la Roca para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Confiad en YHVH perpetuamente, Porque en YH° YHVH está la Roca de los siglos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Confiad en Yahveh por siempre jamás, pues en Yah -en Yahveh- está la roca eterna,

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Isaías 26:4
32 Tagairtí Cros  

A la mañana siguiente, bien de madrugada, salieron hacia el desierto de Terna. En el camino, Josafat se detuvo y dijo: «Pueblo de Judá y de Jerusalén, escuchen: ¡Crean en el Señor, el Dios de ustedes, y tendrán éxito! ¡Crean a sus profetas, y les irá bien!».


Él cuenta solamente con un poderoso brazo de carne, mientras que nosotros tenemos al Señor nuestro Dios, y será él quien pelee por nosotros». Esto los alentó grandemente.


Sólo él es fuerte y justo. ¿Quién le pedirá cuentas?


Quienes confían en el Señor son firmes como el monte Sion, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre.


El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.


Dios es nuestro amparo y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda en tiempos de tribulación.


Lleva tus cargas al Señor, él te sostendrá. No permitirá que el santo resbale o caiga.


Una cosa ha dicho Dios, y dos veces lo he escuchado: Que el poder, oh Dios, solo a ti te pertenece;


¡Pueblo mío, confía en él siempre! ¡Ábrele tu corazón, pues él es nuestro refugio!


El mayor de los hombres, o el más humilde, nada son ante sus ojos. En la balanza pesan menos que el aire.


Por su gran poder gobierna eternamente. Él vigila cada movimiento de las naciones. ¡Que no se levanten contra él los rebeldes!


¡El Señor es rey! Se ha revestido de majestad, de majestad se ha revestido y se ha armado con poder. Ha establecido al mundo con firmeza; no lo sacudirán.


¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!


¿Por qué? Porque se han apartado del Dios que puede salvarlos, la Roca que puede esconderlos. Por lo tanto, aunque hagan raros y valiosos cultivos,


Pero el pueblo de Dios entonará un cántico de solemne gozo, como los que se entonan de noche en las fiestas sagradas. A su pueblo se le alegrará el corazón como cuando un flautista guía al grupo de peregrinos que se dirigen a Jerusalén, al monte del Señor, la Roca de Israel.


Él protegerá a Israel de la tormenta y el viento, le dará refrigerio como río en el desierto, como la refrescante sombra de una potente roca en tierra calurosa y árida.


No tengan ningún temor. ¿Acaso no he proclamado yo desde épocas antiguas que los salvaría? Ustedes son mis testigos. ¿Hay acaso algún otro Dios? ¡No! ¡Ninguno que yo sepa! ¡No hay ninguna otra Roca!


pero Israel será salvado por el Señor con eterna salvación; jamás sufrirán desengaño de su Dios por toda la eternidad.


«En el Señor reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.


¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece a su siervo? Si alguno de ustedes anduviere en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíe en el Señor, pónganse en las manos de su Dios.


Mi justicia vendrá pronto, mi salvación está en camino. Yo gobernaré a las naciones, ellas me esperarán y anhelarán mi venida.


¿Quién es este que viene de Edom, de la ciudad de Bosra, con sus magníficas vestiduras púrpuras? ¿Quién es este con manto real, que marcha con grandeza y reflejando poder? «¡Soy yo, el Señor que te anuncio salvación; yo, el Señor, poderoso para salvar!».


Si somos arrojados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servimos puede librarnos del horno y de cualquier otro castigo que Su Majestad nos imponga.


Entonces Nabucodonosor dijo: «Digno de todo elogio sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, pues envió su ángel para librar a sus servidores que confiaron en él y desobedecieron la orden del rey, y estaban dispuestos a morir antes que servir o rendir homenaje a cualquier dios que no fuera el de ellos.


Pero él se les acercó y les dijo: ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.


No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.


»Pronto Israel estuvo saciado, engordó y dio coces; entonces, en la abundancia se olvidaron de su Dios y despreciaron a la Roca de su salvación.


Dios es la Roca. Perfecta es su obra. Todo lo que hace es justo y bueno. Dios es fiel, no practica la injusticia.


El Dios eterno es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. Arroja a tus enemigos delante de ti y grita: “¡Destrúyelos!”.


Todo lo puedo en Cristo que me da fortaleza.


»No hay otro Dios, ni nadie tan santo como el Señor, ni otra roca como nuestro Dios.


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