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Isaías 24:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 No se escucharán más las melodiosas cuerdas del arpa ni la pandereta, se acabaron los días dichosos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Se ha callado el alegre sonido de las panderetas; ya no se escuchan los felices gritos de celebración y las melodiosas cuerdas del arpa están silenciosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ya no tocan los tambores, ni resuenan las guitarras, ha cesado el bullicio de la fiesta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Cesa el júbilo de los panderos, Cesa el bullicio de quienes se divierten, Cesa la armonía del arpa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Cesó la alegría de los tambores, acabó el alborozo de los bulliciosos, cesó la diversión de la cítara.

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Isaías 24:8
16 Tagairtí Cros  

Que aquella noche sea helada y sin alegría.


La voz de gozo y alegría se ha vuelto lamentación.


Hemos abandonado nuestras liras, colgadas de las ramas de los sauces.


Huyó la alegría, huyó el júbilo de la cosecha. Ya no se escuchará el canto alegre en los viñedos, nunca más exprimirán sus pies las uvas para el vino en los lagares. Yo puse fin a todos los goces de la cosecha.


Ustedes llevan buena música a sus grandes fiestas; las orquestas son magníficas. Pero no piensan en el Señor ni de él se preocupan.


Ya el infierno se relame esperando a Jerusalén, como si fuera delicioso bocado. Devorados serán los grandes y pequeños de ella, así como sus ebrias multitudes.


Porque el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: En tus días, ante tus propios ojos, haré que desaparezca la alegría de este pueblo, incluso los alegres cantos y las fiestas de boda.


Los despojaré de su gozo, su alegría y sus fiestas nupciales. Fracasarán sus empresas y todas sus casas estarán tristes y sin luz.


Yo acabaré con la alegría y los cantos festivos en las calles de Jerusalén y en las ciudades de Judá, así como con la jubilosa voz de los recién casados, porque la desgracia llenará toda la ciudad y los hogares.


Los ancianos ya no se sientan a las puertas de la ciudad; los jóvenes ya no bailan ni cantan más.


Haré cesar la música de tus cantos; ya no tendrás más motivos para organizar alegres fiestas.


Estabas en el Edén, el jardín de Dios, tu vestidura estaba adornada con toda piedra preciosa: rubí, topacio, diamante, crisolito, ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda, todas engastadas en el oro más fino. Ello te fue dado en el día que fuiste creado.


»Pondré fin a todos sus goces, sus fiestas, peregrinaciones y todas sus demás festividades.


Por eso, ustedes serán los primeros en ser llevados como esclavos a otro país, y ya no podrán disfrutar más de sus fiestas placenteras.


Nunca se volverá a escuchar en ella la música de los cantantes, el vibrar del arpa, la flauta y la trompeta. Jamás volverá a verse en ella industria de ningún tipo, y cesará la molienda de granos.


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