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Isaías 24:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Por lo tanto sobre ellos cae la maldición de Dios: quedan aislados, destruidos por la sequía, pocos quedarán con vida.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Por lo tanto, una maldición consume la tierra; sus habitantes tienen que pagar el precio por su pecado. El fuego los destruye, y solo unos cuantos quedan con vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Por eso, una maldición ha devorado la tierra por culpa de sus habitantes; por eso, se han ido muriendo y sólo quedan unos pocos. ('

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Por esto una maldición devora la tierra, Y sus habitantes lo pagan. Por esta causa los habitantes de la tierra son consumidos, Y la humanidad ha disminuido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Por eso la maldición devora la tierra, y expían la culpa los que la habitan; por eso disminuyen los habitantes y quedan hombres contados.

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Isaías 24:6
28 Tagairtí Cros  

y el rey Joaquín, todos sus funcionarios y la reina madre se rindieron. Entonces Nabucodonosor, que llevaba ocho años como rey de Babilonia, capturó a Joaquín.


Sin embargo, dejó a los más pobres de la tierra, para que se encargaran de cultivar los viñedos y los campos.


Los más fuertes de ustedes desaparecerán como paja en el fuego; sus maldades son la chispa que enciende la paja, y nadie podrá apagarla.


Si el Señor Todopoderoso no hubiera intervenido para salvar a unos cuantos de nosotros, habríamos sido destruidos como lo fueron Sodoma y Gomorra.


Y cuando mi espada haya acabado su obra destructora en los cielos ¡tengan cuidado! porque entonces se descargará sobre Edom, el pueblo que he condenado.


Por eso es que he destituido a sus sacerdotes y destruido a Israel, exponiéndolo a la vergüenza.


Por tanto Dios se encargará de ellos y los dará al fuego. Desaparecerán como la paja en las llamas. Las raíces se les pudrirán y las flores se les marchitarán, porque han desechado las leyes de Dios y han menospreciado la Palabra del Santo de Israel.


La tierra está ensombrecida por las nubes negras provocadas por tal incendio, por la ira del Señor Todopoderoso. Pasto de las llamas es el pueblo. Cada cual lucha contra su hermano para robarle el alimento, pero nunca tendrá suficiente. ¡Finalmente, llegarán hasta comerse a sus propios hijos!


¿Hasta cuando tendrá esta tierra tuya que soportar la conducta de ellos? ¡Aun la hierba del campo tiene que pagar las consecuencias por las perversidades que ellos cometen! Las bestias y aves silvestres han huido, dejando desierta la tierra. Sin embargo, el pueblo dice: «Dios no nos llevará a juicio. Estamos completamente a salvo».


Por lo tanto, esto es lo que Dios, el Señor de los ejércitos, dice a sus profetas: Por murmuraciones así tomaré sus palabras y predicciones y haré que se cumplan en sus vidas con el efecto que causa un terrible incendio, el cual los consumirá como si fueran simples trozos de madera.


Conserva sólo un poco del pelo atrapándolo con tu manto;


Enviaré animales salvajes que matarán a sus hijos y destruirán su ganado, y reducirán el número de ustedes, de tal modo que sus caminos quedarán desiertos.


Si no cambian su conducta y le dan la importancia que merece mi gran fama, yo enviaré un castigo terrible sobre ustedes, y en vez de darles bendición, como me gustaría hacerlo, me volveré contra ustedes con toda clase de males. Por cierto, ya los he maldecido, porque ustedes no han tomado en serio las cosas que para mí son importantes, dice el Señor.


Por eso, toda la nación está en la mira de mi castigo, pues todos me están robando.


»Miren, el día del juicio se acerca. Será un día ardiente, como un horno. Ese día los soberbios y los malvados serán quemados como la paja; serán consumidos por completo, de modo que no quedará nada de ellos. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Su predicación hará que los padres y los hijos se reconcilien, que lleguen a compartir las mismas buenas intenciones y sean impulsados por las mismas buenas motivaciones. Así, cuando yo llegue, no tendré que castigarlos, destruyendo completamente su país».


Y la turba le respondió: ―¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!


En cambio, estrecha es la puerta y angosto el camino que conducen a la vida, y muy pocas personas los hallan.


El profeta Isaías dijo esto tocante a los israelitas: «Aunque sean tan numerosos como la arena del mar, sólo un pequeño grupo se salvará,


En lugar de llegar a ser numerosos como las estrellas, quedarán pocos de ustedes. Todo esto ocurrirá si no obedeces al Señor tu Dios.


El Señor los esparcirá entre las naciones y serán muy pocos en número.


Pero el día del Señor llegará como un ladrón. En aquel día, los cielos desaparecerán en medio de un estruendo espantoso, los cuerpos celestes serán destruidos por fuego, y la tierra y lo que en ella hay desaparecerán envueltos en llamas.


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