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Isaías 24:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Sacerdotes y pueblo, siervos y señores, esclavas y amas, compradores y vendedores, prestamistas y los que toman prestado, banqueros y deudores: ¡nadie escapará!

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sacerdotes y laicos, sirvientes y amos, criadas y señoras, compradores y vendedores, prestamistas y prestatarios, banqueros y deudores: no se perdonará a nadie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 al sacerdote y al laico, al amo y al esclavo, a la señora y su empleada, al vendedor y al comprador, al prestamista y al que pide prestado, al acreedor y al deudor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Lo mismo al pueblo que al sacerdote, Al siervo que a su señor, A la criada que a su señora, Al comprador que al vendedor, Al prestamista que al prestatario, Al acreedor que al deudor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 lo mismo al pueblo que al sacerdote, lo mismo al esclavo que a su señor, a la esclava lo mismo que a su dueña, tanto al comprador como al vendedor, al prestatario como al prestamista, al acreedor como a su deudor.

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Isaías 24:2
26 Tagairtí Cros  

En este tiempo, antes que llegara el tiempo de escasez, su esposa Asenat, hija de Potifera, sacerdote de Heliópolis, le dio dos hijos.


Los que sobrevivieron fueron llevados como esclavos a Babilonia, donde quedaron como esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el rey de Persia conquistó Babilonia.


Grandes y pequeños, todos se inclinan religiosamente ante ellos; por este pecado no los perdones.


La tierra será totalmente vaciada y saqueada. El Señor ha hablado.


¡Pero hoy está gobernada por borrachos! Sus sacerdotes y profetas vacilan y se tambalean, cometiendo estupideces y errores.


En aquel día los altivos serán derribados hasta el polvo, los orgullosos serán humillados.


Mientras comían, Ismael y los diez hombres apalabrados con él se pusieron de pie de un salto, sacaron sus espadas y mataron a Guedalías.


»Porque el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Así como mi ira y mi furia cayeron sobre el pueblo de Jerusalén, así caerá sobre ustedes cuando entren en Egipto. Los recibirán con disgusto y odio, los maldecirán y afrentarán, y jamás volverán a ver su patria.


Todo aconteció a causa de las maldades cometidas por sus profetas y sacerdotes, quienes llenaron la ciudad con la sangre de muchos inocentes.


El Señor mismo los dispersó, ya no les ayuda más. No hubo respeto para los sacerdotes ni compasión para los ancianos.


Y ello porque los delitos de mi pueblo son peores que los de Sodoma, que fue destruida en un abrir y cerrar de ojos sin que ningún ser humano tuviera que intervenir en su ruina.


Y así se cumple aquello de que “cual el sacerdote, tal el pueblo”, y como los sacerdotes son malvados, el pueblo lo es también. Por lo tanto yo castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus hechos malvados.


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