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Isaías 24:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 La ciudad quedó en ruinas, sus puertas están derribadas.

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Biblia Reina Valera 1960

12 La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 La ciudad ha quedado en ruinas, sus puertas echadas abajo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 La ciudad es ahora sólo ruinas y la plaza se ha quedado sin vida, desierta.)

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 En la ciudad sólo quedan escombros; Sus puertas han sido heridas con la ruina.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Sólo queda en la ciudad desolación; triturada está la puerta como escombrera.

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Isaías 24:12
12 Tagairtí Cros  

Lloren, ciudades filisteas, condenadas están. Condenada está toda su nación, porque un ejército perfectamente entrenado baja desde el norte contra ti.


Deshabitados quedarán los palacios y las mansiones, y vacías las ciudades populosas. Montaraces manadas de burros y cabras pastarán en los montes donde estaban las torres de vigía.


Pero los asirios serán destruidos y arrasadas sus ciudades.


Yo iré delante de ti, Ciro, y allanaré los montes y derribaré las puertas de bronce y los barrotes de hierro.


Convertiré a Jerusalén en un montón de casas ruinosas, en guarida de chacales. Ciudades fantasmas serán las de Judá, sin nadie que habite en ellas.


Las calles de Jerusalén donde antes siempre había un feliz alboroto están ahora en silencio. La que era gran señora ahora es como una viuda que se sienta a llorar su soledad. La que era reina de pueblos ahora es la criada.


Los caminos que conducen a Jerusalén están muy tristes, pues no hay quien venga con alegría a celebrar las fiestas del templo. Las puertas de acceso a la ciudad están desportilladas, sus sacerdotes gimotean, las jóvenes afligidas y Jerusalén sufren amargamente.


Las puertas de Jerusalén han caído por el suelo; el Señor destruyó por completo sus cerrojos. Su rey y sus príncipes andan como extranjeros en tierras lejanas. Ya no hay ley y sus profetas ya no tienen visiones de parte del Señor.


El monte de Sion esta desierto; en él sólo habitan los chacales.


El pueblo de Marot en vano anhela días mejores; sólo amargura les espera porque el Señor ha extendido su castigo hasta alcanzar a Jerusalén.


El motivo de mi tristeza es que Samaria ha sido herida de muerte, y no hay remedio que la cure. Y lo peor es que su mal ha llegado hasta Judá. ¡Se ha extendido hasta la entrada de Jerusalén, que es mi pueblo!


El rey, enojado, ordenó al ejército que acabara con aquellos asesinos y quemara la ciudad.


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