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Isaías 23:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Este es el mensaje de Dios para Tiro: ¡Lloren, naves de Tarsis que regresan de tierras lejanas! ¡Lloren por su puerto, porque ha desaparecido! Los rumores que oyeron en Chipre eran verdaderos.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde la tierra de Quitim les es revelado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Este es el mensaje que recibí acerca de Tiro: ¡Giman ustedes, barcos mercantes de Tarsis, porque quedaron destruidos el puerto y las casas de Tiro! Los rumores que oyeron en Chipre son ciertos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Profecía contra Tiro. Lloren, navíos de Tarsis, porque ha sido destruido su puerto. Al volver del país de Quitim supieron la noticia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Carga de Tiro: ¡Gemid, naves de Tarsis,° Porque vuestro puerto está destruido! Al volver de la tierra de Quitim° lo han descubierto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oráculo contra Tiro. Gemid, naves de Tarsis; que está devastado vuestro puerto. Mientras volvían del país de Quitín se les dio la noticia.

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Isaías 23:1
32 Tagairtí Cros  

Los hijos de Javán fueron: Elisá, Tarsis, Quitín y Rodanín.


El rey Salomón tenía su flota mercante en sociedad con el rey Hiram, y cada tres años llegaba a los puertos de Israel un gran cargamento de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.


El rey Josafat construyó barcos que fueran a buscar oro a Ofir; pero jamás llegaron, porque naufragaron en Ezión Guéber.


El rey Hiram, de Tiro, siempre había sido un gran admirador de David, de modo que cuando supo que el rey Salomón, hijo de David, reinaba en Israel, envió embajadores para felicitarlo y desearle un buen reinado.


Cada tres años el rey enviaba sus barcos a Tarsis, usando como tripulación a marineros proporcionados por el rey Hiram, para traer oro, plata, marfil, monos y pavos reales.


como las majestuosas naves de Tarsis cuando las destruye un poderoso viento del este.


De un extremo al otro, toda Moab es tierra de llanto.


y todos los orgullosos navíos del océano y barcas de cabotaje. En aquel día todos serán quebrantados ante el Señor.


Él dice: Nunca más te regocijarás ni tendrás vigor. ¡Oh deshonrada virgen hija de Sidón, aunque huyas a Chipre no hallarás reposo!


Huyan llorando a Tarsis, hombres de Tiro.


La ciudad es un caos. Casas y tiendas están fuertemente atrancadas, como defensa contra el saqueo.


He reservado los navíos de muchos países, los mejores de ellos, para traer a los habitantes de Jerusalén de lejanas tierras, y a sus riquezas con ellos. Porque el Señor, el Santo de Israel, renombrado en todo el mundo, los ha enaltecido a los ojos de todos.


Miren en torno y vean si pueden encontrar otra nación en cualquier parte del mundo que haya cambiado sus antiguos dioses por otros nuevos, aunque sus dioses nada sean. Envíen a occidente, a la isla de Chipre; envíen al oriente, a los desiertos de Cedar; vean si hay allí alguien que jamás haya oído algo tan extraño. ¡Sólo mi pueblo ha renunciado a su glorioso Dios a cambio de ídolos ridículos!


Porque el Señor, el Dios de Israel, me dijo: Toma de mi mano esta copa en que rebosa mi gran cólera y haz que de ella beban todas las naciones a quienes te envío.


a los reyes de Tiro y de Sidón; a los reyes de las regiones que están al otro lado del mar;


porque ha llegado el tiempo en que todos los filisteos y sus aliados de Tiro y Sidón serán destruidos! Porque el Señor aniquila a los filisteos, colonos provenientes de Caftor.


Otro mensaje me vino del Señor en el primer día del mes, en el onceavo año después que el rey Joaquín fue llevado al cautiverio:


«Hombre mortal, Tiro se ha puesto muy contenta por la caída de Jerusalén, diciendo: “¡Bien! ¡Ella, que controlaba las lucrativas rutas comerciales de norte a sur a lo largo de la costa y a lo largo del curso del río Jordán, ha sido quebrada, y yo soy la heredera! ¡Por cuanto ella ha sido desolada, yo me aprovecharé y llegaré a ser rica!”.


llorando amargamente, echando polvo sobre sus cabezas y revolcándose en cenizas!


Tus remos están hechos de robles de Basán. Las paredes de tu cabina son de ciprés de la costa sur de Chipre.


Los barcos de guerra de las costas del oeste lo harán huir de terror. Entonces el rey del norte descargará su odio contra el pueblo de Israel, premiando a los que abandonaron el pacto.


Pero Jonás no quiso ir. Al contrario, quiso huir de la presencia del Señor; por eso, fue hacia la costa, al puerto de Jope. Allí encontró un barco que iba hacia Tarsis. Pagó su pasaje y subió al barco para irse bien lejos de la presencia del Señor.


Barcos vendrán de las costas de Chipre, y someterán a Éber y a Asiria. También deben ser destruidos».


»¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron entre ustedes, se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían arrepentido, y se habrían vestido con ropas ásperas y echado ceniza en la cabeza.


De allí el límite volvía a Ramá y a la ciudad fortificada de Tiro y llegaba al mar Mediterráneo en Josá. El territorio incluía también Majaleb, Aczib,


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