Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 22:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 ¡Ay, qué día de angustiosa tribulación! ¡Qué día de confusión y terror ha enviado el Señor Dios Todopoderoso! Derruidos están los muros de Jerusalén, y las laderas de los montes hacen eco al grito de muerte.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¡Oh, qué día de derrota tan aplastante! ¡Qué día de confusión y de terror enviado por el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, sobre el valle de la Visión! Las murallas de Jerusalén han sido derribadas y gritos de muerte resuenan desde las laderas de los montes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pues es un día de derrota, aplastante y desastrosa, que envía el Señor Yavé de los Ejércitos. En el valle de la Visión se echan abajo las murallas, y los gritos de socorro llegan hasta las montañas.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque un día de pánico,° angustia y consternación tiene Adonay YHVH Sebaot en el Valle de la Visión, Día de socavar muros y de clamores hasta las montañas.°

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Porque fue día de pánico, conculcación y desconcierto que mandó el Señor, Yahveh Sebaot en el valle de la Visión: se desmoronó la muralla, llegó el griterío a la montaña.

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 22:5
22 Tagairtí Cros  

«Este es un día de tribulación, insulto y deshonra. Es como cuando un niño está a punto de nacer, pero la madre no tiene fuerzas para darlo a luz.


Luego dirigió a las fuerzas babilónicas en la destrucción de las murallas de Jerusalén.


El edicto fue enviado por medio de los mensajeros más rápidos del rey, después de haber sido proclamado en la ciudad de Susa. El rey y Amán se sentaron a beber, mientras que la ciudad se llenó de confusión y pánico.


Este es el mensaje de Dios respecto a Jerusalén: ¿Qué sucede? ¿A dónde van todos? ¿Por qué corren a las azoteas? ¿Qué miran?


Porque la buena mano del Señor reposará cuidadosa sobre Jerusalén, y Moab será aplastado como si fuera paja bajo sus pies y luego se pudrirá.


Le llevaron este mensaje: «Hoy es día de tribulación, frustración y blasfemia; es tiempo grave, como de parturienta tratando de dar a luz cuando la criatura no sale.


Derribaré las cercas y dejaré que mi viña sea pisoteada por las vacas y ovejas que en ella pastan.


«Porque he pisado yo solo el lagar. No hubo quien me ayudara. En mi ira, he pisoteado a mis enemigos como si fueran uvas, en mi furia pisoteé a mis adversarios. Es su sangre la que ves en mi ropa.


Con furia aplasté a las naciones paganas, las hice tambalearse y caer por tierra».


¡Ay! en toda la historia, ¿cuándo hubo jamás un tiempo de terror como ese que se le viene encima a Israel? Es tiempo de mucho sufrimiento para mi pueblo —para Jacob— como nunca lo experimentaron antes. ¡Pero Dios los librará!


Sus enemigos dominan sobre Jerusalén, y están alegres por el dolor de la ciudad. ¡Y todo es porque el Señor ha castigado a Jerusalén por la cantidad de los delitos que ha cometido! ¡Hasta se han llevado a sus niños cautivos a tierras lejanas!


El Señor destruyó sin piedad todas las casas de Israel. En su ira derribó las fortalezas de la capital de Judá. Echó por tierra tanto el reino como a sus príncipes.


El Señor decidió derribar las murallas de Jerusalén. Planeó con cuidado su destrucción y la llevó a cabo. Muros y refuerzos de las murallas han caído ante su acción.


¡Oh Israel, amanece el día de tu condenación, ha llegado el tiempo del castigo! ¡Es un día de gritos de angustia en vez de gritos de alegría!


Y los altares construidos en las montañas para los ídolos, a donde acudían a cometer sus maldades los israelitas, serán destruidos por completo, pues era allá donde adoraban a sus ídolos. Sobre las ruinas de esos altares crecerán espinas y cardos, crecerán para cubrirlos completamente. Y la gente clamará a las montañas y a las colinas para que caigan sobre ellos y los aplasten.


El mejor de ellos es peor que un arbusto lleno de espinas; el más recto está más retorcido que una zarza. Pero ya se acerca el día de su castigo, tal como lo anunciaron los profetas. ¡Ese día habrá mucho llanto y desesperación!


En ese día se descargará toda la cólera de Dios; será un día de angustia y dolor, día marcado por la ruina y la desolación, de terrible oscuridad, de nubarrones y neblina de pesar.


el que esté en Judea, que huya a los montes.


Entonces comenzarán a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”, y a las colinas: “¡Cúbrannos!”,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí