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Isaías 22:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Hay gran conmoción en la ciudad. ¿Qué le ocurre a esta activa y alegre ciudad? ¡Cadáveres! ¡Cadáveres por doquier, muertos por la plaga y no por la espada!

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Toda la ciudad está en un terrible alboroto. ¿Qué veo en esta ciudad tan parrandera? Hay cadáveres por todas partes; no murieron en batalla, sino a causa del hambre y de la enfermedad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ciudad llena de bulla, ciudad ruidosa y de vida alegre? Si tu gente está muerta, no murieron a espada ni cayeron en el combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oh tú, llena de bullicio, ciudad turbulenta, urbe desenfrenada! Tus caídos no cayeron a cuchillo ni murieron en combate.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 henchida de alborotos, ciudad estrepitosa, villa bullanguera? Tus caídos no cayeron a espada, no murieron en campaña.

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Isaías 22:2
16 Tagairtí Cros  

Yo no los ayudaré, tropezarán como prisioneros y yacerán entre los muertos. Y aún así no estará satisfecha mi ira, sino que aún tendré el puño listo para golpearlos.


Esta silenciosa ruina es lo que queda de la que un día fue su fecunda tierra. ¡Qué grande fue tu historia! ¡Pensar en todos los colonos que enviaste a tierras lejanas!


Porque sus tierras se llenarán de espinos y zarzas, desaparecerán sus alegres casas y felices ciudades.


Deshabitados quedarán los palacios y las mansiones, y vacías las ciudades populosas. Montaraces manadas de burros y cabras pastarán en los montes donde estaban las torres de vigía.


»En cuanto al rey de Asiria: Sus ejércitos no entrarán en Jerusalén, ni dispararán en ella sus flechas, ni marcharán ante sus puertas, ni edificarán muro de asalto contra sus murallas.


Aquella noche el ángel del Señor salió y fue al campo de los asirios y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados. Cuando al día siguiente se despertaron los sobrevivientes, vieron ante sí los millares de cadáveres.


Si salgo a los campos, allí están los cuerpos de los muertos caídos por las heridas de las espadas enemigas; y si ando por las calles, allí están tirados los muertos que causaron el hambre y la enfermedad. Y sin embargo, los profetas y sacerdotes por igual se encargaron de viajar por todo el país afirmando a diestra y siniestra de que todo andaba bien, hablando de cosas que ignoraban por completo.


que cuantos permanecieran en Jerusalén morirían por herida de espada o de hambre o enfermedad, pero que los que se rindieran a los babilonios vivirían,


Finalmente, el día nueve del cuarto mes, agravada el hambre en la ciudad, pues habían consumido hasta el último bocado,


Las calles de Jerusalén donde antes siempre había un feliz alboroto están ahora en silencio. La que era gran señora ahora es como una viuda que se sienta a llorar su soledad. La que era reina de pueblos ahora es la criada.


¡Oh Señor, ponte a pensar, es a tu propio pueblo al que haces sufrir así! ¿Acaso era necesario llegar al extremo de que las madres tuvieran que comerse a sus propios hijos pequeños? ¿Que los sacerdotes y profetas fueran asesinados incluso dentro del templo del Señor?


¡De cerca y desde lejos se burlarán de ti, tu fama caída hasta el suelo!


Este será el destino de la ciudad grande y próspera que vivió tan segura y que decía de sí misma: «En todo el mundo no hay ciudad tan grande como yo». Pero ahora, vean cómo ha quedado convertida en un lugar de completa ruina, como guarida de animales. Todo el que pase por ella se burlará o meneará la cabeza sin creer lo que ve.


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