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Isaías 2:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 El Señor zanjará las disputas internacionales, todas las naciones transformarán las armas de guerra en herramientas de paz, por fin cesarán las guerras y terminará el adiestramiento militar.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 El Señor mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Hará de árbitro entre las naciones y a los pueblos dará lecciones. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra y no se adiestrarán para la guerra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Él juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos. De sus espadas forjarán arados y de sus lanzas, hoces; No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Él juzgará las naciones y será el árbitro de pueblos numerosos. De sus espadas forjarán azadones y hoces de sus lanzas. No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más en la guerra.

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Isaías 2:4
26 Tagairtí Cros  

Castigará a las naciones y las llenará de sus muertos. Aplastará muchas cabezas en toda la tierra.


¡Silencio! ¡Sepan que yo soy Dios! ¡Todas las naciones del mundo me honrarán!


las guerras por todo el mundo; rompe y quema todas las armas!


¡Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra! Todas las naciones te pertenecen.


Porque el Señor viene a juzgar la tierra. Con justicia y verdad juzgará a las naciones.


y, fruto de la justicia, la paz. La quietud y la confianza reinarán para siempre.


Mi pueblo vivirá en seguridad y tranquilidad en su tierra.


Porque el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey. Él nos cuidará y nos librará.


Vean a mi Siervo, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien me deleito. En él he puesto mi Espíritu, él mostrará lo que es justicia a las naciones del mundo.


No quebrará la caña maltratada, ni apagará la llama vacilante. Se encargará de que se haga plena justicia a las víctimas de injusticia,


En aquel glorioso día de paz ya no se fabricará armamento, no habrá más uniformes de guerra manchados de sangre. Todo eso será quemado.


Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.


En aquel tiempo yo haré un trato entre ti y los animales salvajes, las aves y las víboras, para que no sientan temor los unos de los otros. Y también destruiré todas las armas y todas las guerras terminarán. Entonces todos podrán vivir tranquilos.


Me comprometeré contigo en fidelidad y amor, y me conocerás verdaderamente como tu Señor.


Conviertan sus arados en espadas y sus hoces en lanzas. Que el débil diga: «¡Soy fuerte!».


Naciones, levántense pronto y suban al valle de Josafat, pues allí estableceré mi juzgado para pronunciar mi juicio sobre todas ustedes.


El Señor juzgará con justicia entre muchas naciones, y será quien corrija a muchos pueblos poderosos y lejanos. Esas naciones dejarán de vivir obsesionadas con la guerra, convertirán sus espadas de guerra en azadones, y sus lanzas en podaderas. Ya no se entrenarán para la guerra, ni guerrearán entre ellas.


Destruirá los carros de guerra de Efraín y la caballería de Jerusalén. Acabará con el poderío militar de los fuertes y establecerá la paz entre las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar, desde el río Éufrates hasta el último rincón de la tierra.


porque ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por medio del varón que escogió y que acreditó al levantarlo de entre los muertos».


Vi entonces que el cielo estaba abierto y contemplé un caballo blanco cuyo jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque con justicia juzga y pelea.


»Los que pelean contra el Señor serán quebrantados. Él truena contra ellos desde los cielos; él juzga a través de toda la tierra. Él da poderosa fortaleza a su rey, y da gran gloria a su ungido».


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