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Isaías 11:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Nada habrá perjudicial ni destructivo en todo mi monte sagrado, pues así como las aguas llenan el mar, de igual modo la tierra estará llena del conocimiento del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 En todo mi monte santo no habrá nada que destruya o haga daño, porque así como las aguas llenan el mar, así también la tierra estará llena de gente que conocerá al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 No cometerán el mal, ni dañarán a su prójimo en todo mi Cerro santo, pues, como llenan las aguas el mar, se llenará la tierra del conocimiento de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 No harán mal ni dañarán en todo mi Santo Monte, Porque como las aguas colman el mar, Así la tierra estará llena del conocimiento de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Nadie hará mal, nadie hará daño en toda mi santa montaña, porque el país estará lleno del conocimiento de Yahveh, como las aguas colman el mar.

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Isaías 11:9
44 Tagairtí Cros  

Las bestias salvajes te dejarán en paz.


Bendito sea su glorioso nombre para siempre. ¡Que toda la tierra esté llena de su gloria! ¡Amén y amén!


Él los llevó a la frontera de su tierra santa, a esta tierra de colinas que para ellos él conquistó.


Y finalmente acabarán los celos entre Israel y Judá, no pelearán más entre sí,


Los pequeñitos andarán seguros gateando entre las serpientes venenosas, y el niñito que meta la mano en un nido de víboras no sufrirá ningún daño.


El Señor zanjará las disputas internacionales, todas las naciones transformarán las armas de guerra en herramientas de paz, por fin cesarán las guerras y terminará el adiestramiento militar.


La luna será tan brillante como el sol, y la luz de este más esplendorosa que la de siete días claros. Así será el tiempo cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curarle las heridas que le causó.


entonces la justicia regirá en todo el país


Hay para Judá abundancia de salvación guardada en lugar seguro, junto con sabiduría, conocimiento y reverencia a Dios.


No habrá en él leones en acecho, ni algún otro peligro, solamente los salvados pasarán por allí.


y todo el mundo desde el oriente hasta el occidente sabrá que no hay otro Dios. Yo soy el Señor y no hay ningún otro, sólo yo soy Dios.


«Te he llamado para que realices una obra más grande que la de restaurar a Israel y que hagas volver a los sobrevivientes de mi pueblo. ¡Yo te convertiré en luz de las naciones del mundo para que también a ellas les lleves mi salvación!».


Ante los ojos de todas las naciones el Señor desplegará su gran poder, y todas ellas contemplarán la salvación de nuestro Dios.


porque tu Creador será el «esposo» tuyo. Señor Todopoderoso es su nombre; él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.


también los traeré a mi santo monte de Jerusalén y los llenaré de gozo dentro de mi Casa de Oración. Aceptaré sus sacrificios y ofrendas porque mi templo será llamado «Casa de Oración para todos los pueblos».


Entonces, las naciones temblarán de miedo ante el Señor, y le rendirán homenaje, porque vendrá como río caudaloso impulsado por un viento muy fuerte.


El lobo y el cordero comerán juntos, el león se alimentará de paja como el buey, y la serpiente venenosa no volverá a morder. En aquellos días nada ni nadie recibirá daño ni será destruido en todo mi santo monte, dice el Señor.


Yo bien veo lo que hacen, sé lo que piensan, de modo que congregaré a todas las naciones y pueblos contra Jerusalén, en donde contemplarán mi gloria.


También traerán de regreso a sus hermanos que están entre todas las naciones como obsequio para el Señor, transportándolos suavemente, a caballo y en carrozas, en literas, a lomo de mula y en camellos, a mi santo monte, a Jerusalén, dice el Señor. Será como ofrenda que fluye al templo del Señor en tiempos de cosecha, llevados como si fueran en vasos consagrados al Señor.


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Cuando yo los traiga de regreso dirán en Judá y sus ciudades este refrán: «¡El Señor te bendiga, oh lugar donde se practica la justicia, lugar santo!».


En aquel tiempo ya no será necesario que uno al otro se amoneste para conocer al Señor pues cada cual, el grande y el pequeño, realmente me conocerá, dice el Señor, y yo perdonaré y olvidaré sus graves faltas.


»”Haré un convenio de paz con ellos, y alejaré los animales peligrosos de la tierra para que mi pueblo pueda acampar en los lugares despoblados y dormir en los bosques, y donde quiera que lo deseen, con toda seguridad.


Otros cuatrocientos cincuenta metros después me llegaba a la cintura. Pero cuatrocientos cincuenta metros más adelante había llegado a ser un río tan profundo que no podía cruzarlo salvo que nadara. Era demasiado profundo para cruzarlo a pie.


Levantará su campamento real entre el mar y el santo monte de la Hermosura. Pero hasta ahí llegará su tiempo y no habrá nadie que le ayude.


»”Pero Daniel, ¡debes conservar esta profecía en secreto y sellarla hasta el tiempo final, pues mucha gente andará de un lado a otro buscando comprender!”.


En aquel tiempo yo haré un trato entre ti y los animales salvajes, las aves y las víboras, para que no sientan temor los unos de los otros. Y también destruiré todas las armas y todas las guerras terminarán. Entonces todos podrán vivir tranquilos.


Entonces se convencerán, por fin, que yo soy el Señor su Dios, y que habito en Sion, mi santo monte. Jerusalén será santa, y nunca más los extranjeros la volverán a invadir.


Viene el día en que la tierra será llena del conocimiento de la fama del Señor, así como las aguas cubren los mares.


Y el Señor será Rey sobre toda la tierra. En aquel día solo el Señor será reconocido como Dios, y sólo su nombre será reconocido como digno de honor y homenaje.


Ahora voy a regresar a mi tierra y habitaré en Jerusalén, y Jerusalén será conocida como “Ciudad Fiel”, y Sion será llamado “Monte Santo”».


Asegúrense de que ninguno pague mal por mal. Al contrario, procuren siempre hacer el bien, no sólo entre ustedes sino también a todos los demás.


No entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los mentirosos; solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.


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