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Isaías 1:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Su patria está en ruinas, sus ciudades incendiadas. Mientras ustedes se la pasan mirando, los extranjeros destruyen y saquean cuanto ven.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Su país yace en ruinas, y sus ciudades han sido incendiadas. Los extranjeros saquean sus campos frente a sus propios ojos y destruyen todo lo que ven a su paso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Su país es una soledad con ciudades hechas cenizas; ustedes vieron las cosechas, y el enemigo se las comió; esta ruina no es menos que la de Sodoma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Vuestra tierra está asolada, vuestras ciudades incendiadas, Vuestro país, devorado ante vosotros mismos; Desolado, como la desolación que causan los extraños.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Vuestro país, un desierto; vuestras ciudades, incendiadas; vuestra tierra, ante vosotros, extranjeros la devoran. Es un desierto, como una destrucción a mano de extranjeros.

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Isaías 1:7
37 Tagairtí Cros  

Por esta razón el Señor Dios permitió que el rey de Siria lo derrotara y llevara cautivas a un gran número de personas a Damasco. Israel también le infligió una tremenda derrota.


y transformó la tierra fértil en terrenos salitrosos, por la maldad de sus habitantes.


Pero si disminuyen y empobrecen es por la opresión, los problemas y la tristeza.


Que los acreedores se apoderen de todas sus propiedades y los extraños tomen cuanto ha ganado.


Y ahí se quedan ustedes, indefensos y abandonados como si fueran una de esas chozas inútiles que usan los vigilantes en el campo luego de terminada la cosecha, pero cuando el producto de la cosecha ya ha sido saqueado y robado.


La administración civil de Israel estará en completa ruina porque los judíos han hablado contra su Señor y no quieren adorarlo, ofenden su gloria.


Los arroyos de Edom estarán llenos de brea ardiente, y de fuego la tierra.


Hasta los más desolados rincones de su tierra pronto estarán llenos de su pueblo y sus enemigos que los esclavizaban estarán lejos.


En aquellos días pastarán los rebaños entre las ruinas. Corderos, becerros y cabritos pastarán allí.


Pero el Señor Todopoderoso ha decretado para ustedes un espantoso destino; con mis propios oídos lo escuché: «Quedarán desiertas muchas casas hermosas, y su dueños morirán o desaparecerán».


Entonces dije: ―Señor, ¿cuánto tiempo pasará antes que estén dispuestos a escuchar? Y él respondió: ―No será sino hasta que sus ciudades sean destruidas y no quede persona con vida, y todo el país esté desolado,


Aunque una vez Jerusalén fue despreciada, odiada y rechazada de todos, será hermosa para siempre, gozo para todos los descendientes de ustedes.


El Señor le juró solemnemente a Jerusalén: ¡Jamás volveré a entregarte en manos de tus enemigos, jamás volverán soldados extranjeros a arrebatarte el trigo y el vino!


Tus santas ciudades están destruidas, Jerusalén está desierta.


Él quemará toda esta maldad, estos espinos y zarzas. Y las llamas consumirán también los bosques y de sus incendios subirá una gran columna de humo.


En aquel glorioso día de paz ya no se fabricará armamento, no habrá más uniformes de guerra manchados de sangre. Todo eso será quemado.


Veo grandes ejércitos que marchan sobre Jerusalén entre grandes alaridos de guerra para destruirla y dejar en ruinas sus ciudades, incendiadas y desoladas. Le causaron tantos estragos como harían cachorros de león con sus juegos violentos.


El enemigo viene como un león furtivo que sale furioso desde su guarida, y se encamina a la tierra de ustedes. Sus ciudades quedarán en ruinas, sin un habitante.


Así es que hicieron hervir mi cólera y mi furia, las que solté contra ustedes y las ciudades de Judá y las calles de Jerusalén como si fueran fuego, de modo que por eso allí hay desolación hasta el día de hoy.


Presta mucha atención, Jerusalén, no suceda que deje de quererte y permita que te arruines completamente.


Yo acabaré con la alegría y los cantos festivos en las calles de Jerusalén y en las ciudades de Judá, así como con la jubilosa voz de los recién casados, porque la desgracia llenará toda la ciudad y los hogares.


Nuestras posesiones ahora las tienen extranjeros, nuestras casas son habitadas por forasteros.


yo permitiré que los beduinos del desierto, los que viven al oriente de ustedes, invadan su tierra! Ellos establecerán sus campamentos entre ustedes, se comerán sus frutos y beberán su leche.


»Yo secaré el río Nilo y venderé la tierra entera de Egipto a hombres perversos. Yo destruiré a Egipto y todo lo que hay allí, utilizando a los extranjeros para hacerlo. Yo, el Señor, lo he dicho.


La ocupación de rendir homenajes a los dioses extranjeros ha agotado sus fuerzas, pero ellos parecen no darse cuenta. El cabello de Efraín se está volviendo canoso y él ni siquiera se da cuenta cuán débil y viejo está. ¡No ha ganado nada de experiencia con los años!


»Ellos han sembrado viento y cosecharán torbellino. Sus tallos de trigo permanecen secos, no tienen granos; y si les llegaran a quedar algunos, los extranjeros se los comerán.


Los esparciré entre las naciones, y los destruiré. Sus tierras serán desoladas y sus ciudades quedarán destruidas.


Entonces la tierra tendrá el descanso que ustedes le negaron. Porque descansará mientras ustedes estén cautivos en tierras enemigas. Sí, la tierra descansará y gozará de sus descansos. Recibirá el descanso que ustedes no le dieron cada siete años, mientras vivían en ella.


Destruiré tus murallas y demoleré las torres de defensa de tus ciudades.


»Por eso, ya he comenzado a castigarlos. Ya he comenzado a destruirlos por causa de sus actos malvados. Por eso ahora están tan debilitados.


Una nación extranjera de la cual ni siquiera has oído se comerá las cosechas que con tanto trabajo cultivaste. Estarás siempre oprimido y explotado.


Los extranjeros que vivan en medio del pueblo se enriquecerán cada vez más, mientras tú te haces cada vez mas pobre.


Verán que toda la tierra es azufre y sal, desierta y calcinada, sin cultivar, tierra que no produce, ni siquiera hierba, como las de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín, que el Señor destruyó en medio de su ira.


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