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Isaías 1:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 ¡Oh Jerusalén, que fuiste mi fiel esposa, ahora eres una ramera! ¡Corres tras otros dioses! Fuiste «La Ciudad de la Justicia», pero hoy eres guarida de asesinos.

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Biblia Reina Valera 1960

21 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Miren cómo Jerusalén, que antes era tan fiel, se ha convertido en una prostituta. Antes era el centro de la justicia y la rectitud, pero ahora está repleta de asesinos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 ¿Cómo es posible, se ha prostituido Sión, la ciudad fiel, el reino de la justicia en que moraba la rectitud que te conformabas a mis leyes?, pero ahora sólo es un barrio de asesinos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Cómo se convirtió en ramera la Ciudad Fiel! Llena estuvo de justicia, y en ella pernoctaba la equidad; Ahora, los asesinos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 ¡Ay, cómo se volvió prostituta la Villa Fiel! Estaba repleta de derecho, en ella se albergaba la justicia; pero ahora, asesinos.

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Isaías 1:21
31 Tagairtí Cros  

David reinó con justicia sobre Israel y a todos los trató por igual.


Y les dio estas instrucciones: «Actúen siempre bajo el temor de Dios, con fidelidad e integridad de corazón.


Los funcionarios israelitas se quedaron viviendo en Jerusalén, la ciudad santa. En cuanto al resto del pueblo, echaron suertes para seleccionar a una de cada diez personas para que se quedaran viviendo en Jerusalén; los restantes residirían en las demás poblaciones.


Un río de gozo fluye a través de la ciudad de nuestro Dios, de la santa morada del Dios Altísimo.


¡Qué grande es el Señor! Cuánto debemos alabarlo en su monte santo en la ciudad de nuestro Dios.


De la gloria de la ciudad hemos oído, pero ahora nosotros mismos la hemos visto, la ciudad de nuestro Dios Todopoderoso. Es la ciudad de nuestro Dios ¡Él la hará permanecer para siempre!


Fuiste como plata purificada, pero ahora estás mezclada con ruin aleación. Fuiste muy pura, pero ahora estás diluida como vino aguado.


Tu bondad para con los malos no los hace buenos, sino que ellos siguen empecinados en el mal sin tener respeto por tu majestad.


Sí, porque ustedes ostentan el nombre de «Ciudad Santa» y dicen confiar en el Dios de Israel cuyo nombre es Señor Todopoderoso.


Les he presentado la historia del pueblo de Dios. Mi pueblo es la viña de la que les he hablado. Israel y Judá son su agradable parcela. Dios esperaba que le produjeran cosecha de justicia, pero halló que sólo cometieron hechos sangrientos. Esperaba que actuaran con rectitud, pero a sus oídos llegaron sólo gritos de opresión.


Nuestros tribunales se oponen a la justicia y se desconoce en ellos la imparcialidad. La verdad cae muerta en las calles y la justicia no tiene lugar en sus vidas.


¡Sí, desapareció la verdad y a todo el que se aparta del mal, lo despojan de todo! El Señor contempló todo este mal y le desagradó ver que no se tomaban medidas contra el pecado.


Porque las manos de ustedes están llenas de sangre por los crímenes que han cometido, y sobre todo eso, mienten y murmuran, y se oponen al bien.


Hay una ley según la cual quien se divorcia de una mujer que luego se casa con otro, no debe volver a tomarla, pues ella queda mancillada. Pero aunque tú me has abandonado y te has juntado con muchos amantes, yo te he instado a que vuelvas a mí, dice el Señor.


El Señor dice: «Israel me rodea con mentiras y engaño, pero Judá aún confía en Dios y es fiel al Santo.


»Pues su madre se ha convertido en una prostituta. Ella hizo algo vergonzoso cuando dijo: “Correré detrás de otros hombres y me venderé a ellos para conseguir comida, bebida y ropa”.


La ley no se pone en vigor y las cortes no administran justicia, porque los perversos son más que los justos, y el soborno y el engaño se han generalizado.


Ahora voy a regresar a mi tierra y habitaré en Jerusalén, y Jerusalén será conocida como “Ciudad Fiel”, y Sion será llamado “Monte Santo”».


»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas!, pero no quisiste.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados, que hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, que ustedes acaban de traicionar y asesinar?


Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sion, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a la reunión de millares de ángeles,


«Pero no midas las partes externas del templo —me dijeron—, porque han sido entregadas a las naciones y estas se pasarán tres años y medio humillando a la ciudad santa.


Durante tres días y medio se exhibirá sus cadáveres en las calles de la ciudad llamada «Sodoma» o «Egipto» en sentido figurado, donde crucificaron a su Señor. No se le permitirá a nadie enterrarlos, y gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación desfilará junto a ellos para verlos.


Uno de los siete ángeles que habían vertido las plagas vino a donde yo estaba y me dijo: «Ven para que veas lo que le pasará a la gran prostituta que se sienta sobre las muchas aguas.


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