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Isaías 1:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Sus sacrificios me tienen harto, no me los traigan más. No quiero sus carneros engordados, no quiero ver la sangre de sus ofrendas.

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Biblia Reina Valera 1960

11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 «¿Qué les hace pensar que yo deseo sus sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de sus ofrendas quemadas de carneros y de la grasa del ganado engordado. No me agrada la sangre de los toros ni de los corderos ni de las cabras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¿Por qué tantos sacrificios en mi honor? -dice Yavé. Ya estoy saciado de sus animales, de la grasa de sus terneros. No me agrada la sangre de sus novillos, de sus corderos y chivos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¿De qué me sirve, dice YHVH, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de ganado gordo. No quiero sangre de bueyes, ni de corderos, ni de machos cabríos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 ¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice Yahveh-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y cabritos no me agrada.

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Isaías 1:11
23 Tagairtí Cros  

A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.


No tengo queja alguna por los sacrificios o las ofrendas quemadas que traes a mi altar, pues los traes con regularidad.


Tú no quieres sacrificios ni ofrendas quemadas; si así fuera, con gusto lo haría.


El Señor detesta las ofrendas de los malvados, pero se deleita en las oraciones del justo.


El Señor detesta los sacrificios de los malvados, especialmente cuando los hacen con mala intención.


El Señor prefiere que practiquemos la justicia y la honradez en lugar de los sacrificios.


¡Mi pueblo está lleno de hipócritas! Acuden al templo cada día y les encanta oír la lectura de mis leyes, como si fueran a obedecerla, como si no menospreciaran los mandamientos de su Dios. ¡Qué afán muestran porque se les enseñen leyes justas, y les encanta estar cerca de mí!


Pero los que eligen sus propios caminos deleitándose en sus pecados, son malditos. Dios no aceptará sus ofrendas. Cuando se hagan esa clase de sacrificios en el altar de Dios, Dios los rechazará. Si sacrifican un cordero o traen una ofrenda de grano, es tan aborrecible para Dios como poner un perro o sangre de puercos sobre su altar. Cuando le queman incienso, él lo considera como si estuvieran adorando a un ídolo.


¡No sirve de nada quemar en mi presencia dulce incienso de Sabá! ¡Guárdense sus caros perfumes! No voy a aceptar sus ofrendas; no me agradan en lo más mínimo.


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: ¡Alejen de mí sus ofrendas y sacrificios!


Lo que más quiero de ustedes no son sus sacrificios rituales, sino que amen a Dios y a su prójimo; lo que más quiero de ustedes no son sus ofrendas, sino que me reconozcan y respeten como su Dios.


Aunque ahora quisieran por fin rendirme homenaje solo a mí, yo no lo aceptaría. Más bien voy a exigirles cuentas por sus pecados y luego los castigaré. ¡Otra vez haré que sean esclavos de Egipto!


¡Israelitas, no se olviden de sus ofrendas de gratitud! ¡Háganle saber a todo el mundo que ustedes sí dan ofrendas voluntarias! ¡Pues a ustedes les encanta que los aplaudan por esto! Lo ha dicho el Señor.


El Señor dice: «Yo odio las fiestas religiosas con que ustedes pretenden honrarme; para nada me agradan sus homenajes llenos de tanta pompa.


No aceptaré sus ofrendas de animales ni de cereales; tampoco miraré el sacrificio ritual de sus novillos gordos que me dan como medio de reconciliación.


¿Se sentirá satisfecho si le ofrecemos como ofrenda mil carneros o diez mil litros de aceite? ¿O tendremos que ofrecerle en sacrificio al mayor de nuestros hijos para que nos perdone por nuestros pecados?».


Entonces Hageo les dijo: ―Escuchen lo que les dice el Señor: “De igual manera, ustedes han estado contaminando los sacrificios rituales con sus actitudes egoístas y sus corazones malvados, y han contaminado no solamente los sacrificios, sino todo lo demás que han hecho como un servicio para mí.


«Cuando regresen a Betel, digan a su pueblo y a sus sacerdotes: “Durante los setenta años de exilio, cada vez que ayunaron y se humillaron en los meses quinto y séptimo, ¿lo hacían pensando sinceramente en dejar de cometer maldades y ser fieles a mis instrucciones? ¡No, de ninguna manera!


»¡Ah, si pudiera encontrar un sacerdote entre ustedes que cerrara las puertas y se negara a recibir ese tipo de sacrificios rituales! ¡No me traigan más esas ofrendas, pues estoy disgustado con ustedes, y me desagradan todas sus ofrendas! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Envió a otros siervos a decirles que fueran pronto, que no se demoraran, que ya los asados estaban listos.


Vayan y traten de entender el texto que dice: “Misericordia quiero, no sacrificios”, porque yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los malos.


Samuel respondió: ―¿Se complace el Señor tanto en los holocaustos y sacrificios como en que se obedezcan sus palabras? La obediencia es mucho mejor que los sacrificios. Él prefiere que le obedezcas a que le ofrezcas la gordura de los carneros.


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