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Hechos 8:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 Tras testificar y predicar en Samaria, Pedro y Juan regresaron a Jerusalén. A lo largo del camino fueron deteniéndose en los pueblos samaritanos, para predicar las buenas noticias.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Después de dar testimonio y predicar la palabra del Señor en Samaria, Pedro y Juan regresaron a Jerusalén. Por el camino, se detuvieron en muchas aldeas samaritanas para predicar la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Pedro y Juan dieron testimonio y, después de predicar la Palabra del Señor, volvieron a Jerusalén. Por el camino evangelizaron varios pueblos de Samaría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Ellos entonces, después de testificar fielmente y hablar la palabra del Señor, regresaron° a Jerusalem evangelizando° muchas aldeas de los samaritanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Ellos, después de dar pleno testimonio y predicar la palabra del Señor, emprendieron la vuelta a Jerusalén y evangelizaban de paso muchas aldeas de samaritanos.

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Hechos 8:25
14 Tagairtí Cros  

A estos doce Jesús los envió y les dio las siguientes instrucciones: «No vayan a los que no son judíos ni a los samaritanos.


para que avise a mis cinco hermanos, y no vengan ellos también a este lugar de tormento”.


Y ustedes también hablarán acerca de mí porque han estado conmigo desde el principio.


Sin embargo, cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes recibirán poder para ser mis testigos no sólo en Jerusalén, sino también en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.


Cuando el gobernador vio aquello, creyó, maravillado de la enseñanza del Señor.


Después que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, se dedicó por entero a predicar la palabra y a testificar entre los judíos que Jesús era el Mesías.


A judíos y gentiles les he dado testimonio de que necesitan arrepentirse de sus pecados y tener fe en nuestro Señor Jesucristo.


Entonces pusieron una fecha para reunirse con Pablo, y llegaron muchos a la casa donde él vivía. Desde la mañana hasta la tarde él les estuvo hablando acerca del reino de Dios. Usó desde la ley de Moisés hasta los profetas para convencerlos acerca de Jesús.


»Quiero que sepan que esta salvación de Dios se ha enviado a los que no son judíos, y ellos sí escucharán».


Sin temor alguno y sin que nadie se lo impidiera, anunciaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo.


Mientras tanto, Felipe estaba en Azoto, y allí, como en cada una de las ciudades que encontró en el viaje a Cesarea, predicó las buenas noticias.


Silvano, a quien considero un hermano fiel, me ha ayudado a escribir esta breve carta. Les escribo para aconsejarlos y para que estén seguros de que este es el verdadero amor de Dios. Manténganse firmes en ese amor.


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