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Hechos 4:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Ante ello, Pedro y Juan respondieron: ―Dígannos, ¿preferirá Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a él?

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Biblia Reina Valera 1960

19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pero Pedro y Juan respondieron: «¿Acaso piensan que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Pedro y Juan les respondieron: 'Juzguen ustedes si es correcto delante de Dios que les hagamos caso a ustedes, en vez de obecedecer a Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Respondiendo entonces Pedro y Juan, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Pedro y Juan les respondieron: 'Juzgad si sería justo ante Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.

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Hechos 4:19
30 Tagairtí Cros  

Y esto fue un gran pecado, porque el pueblo los adoró.


Entonces regresaron juntos, y el profeta comió y bebió en casa del anciano.


Él abandonará a Israel, porque Jeroboán pecó contra él, e hizo pecar a todo Israel juntamente con él».


Los ancianos de la ciudad siguieron las instrucciones que Jezabel les había dado en su carta.


Pero Micaías le respondió: ―Puedes tener la plena seguridad de que sólo hablaré lo que el Señor me diga que hable. Esto es tan cierto como que el Señor vive.


Luego dio órdenes al sacerdote Urías de usar el nuevo altar para los holocaustos de la mañana, para la ofrenda de cereal de la tarde, así como para el holocausto y la ofrenda de grano del rey, y para las ofrendas del pueblo, incluyendo sus ofrendas de vino. La sangre del holocausto y de los sacrificios tenía que rociarla sobre el nuevo altar. El antiguo altar fue dejado solamente para uso del rey.


Entonces, el sacerdote Urías hizo todo lo que el rey Acaz le ordenó.


¡Ustedes, los gobernantes hablan de justicia y ni siquiera saben el significado de esa palabra! ¿Juzgan con rectitud al pueblo?


Pero las parteras tenían temor de Dios y desobedecieron al faraón, pues permitían que los niños vivieran.


Jeremías habló en defensa propia: ―Ha sido el Señor quien me ha enviado para anunciar la destrucción de este templo y esta ciudad. Él me dio cada una de las palabras que he pronunciado.


Y aunque no lo hiciera, Su Majestad debe entender que nunca honraremos a sus dioses ni rendiremos homenaje a su estatua.


Pero aunque Daniel lo supo, se fue a su hogar y se arrodilló como de costumbre en su dormitorio en la planta alta, con sus ventanas abiertas hacia Jerusalén, y oró tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.


»Efraín ha sido oprimido y se le han violentado sus derechos, y ello por haber decidido seguir a sus ídolos.


Ahora, pues, escucha este mensaje para ti, de parte del Señor. Tú dices: “No profetices contra los israelitas, pues son los descendientes de Isaac”.


»¡Pero bien que fuiste muy fiel obedeciendo los perversos mandamientos del malvado rey Omrí! El único ejemplo que sigues es el del igualmente malvado Acab. Por eso te destruiré, te haré el hazmerreír del mundo; todo el que te vea se burlará de ti».


―Del César —respondieron. ―Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.


Jesús llamó a Pedro y a Juan, y les dijo: —Vayan y preparen todo para que comamos la Pascua.


No juzguen por lo que a ustedes les parece; juzguen con justicia.


Ante la elocuencia de Pedro y Juan, y viendo que eran hombres sin muchos estudios, los miembros del concilio se maravillaron y reconocieron que habían estado con Jesús.


―¿No les habíamos prohibido que volvieran a enseñar acerca de Jesús? Ustedes han llenado a Jerusalén de sus enseñanzas y tratan de descargar en nosotros la culpa de la muerte de ese hombre.


―Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres —respondieron Pedro y los apóstoles—.


Ustedes son inteligentes. Piénsenlo y díganme si no es verdad lo que les digo.


No engañamos a nadie, ni cambiamos la palabra de Dios. No tenemos de qué avergonzarnos, ni hacemos maldades a escondidas. Al contrario, delante de Dios hablamos y proclamamos la verdad ante todas las personas.


Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es lo que deben hacer los que pertenecen al Señor.


Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador,


Por la fe, cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y no tuvieron miedo a la orden que el rey había dado.


¿acaso no están ustedes favoreciendo más a uno que a otro y mostrando así las malas intenciones con las que juzgan?


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