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Hechos 25:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Festo habló con sus consejeros y después dijo: ―Has pedido que te juzgue el emperador. ¡El emperador te juzgará!

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Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: A César has apelado; a César irás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Festo consultó con sus consejeros y después respondió: —¡Muy bien! Has apelado al César, ¡y al César irás!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces Festo, después de hablar con su consejo, decidió: 'Has apelado al César; al César irás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces Festo, después de consultar con su consejo, respondió: A César has apelado, a César irás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Entonces Festo, después de cambiar impresiones con el consejo, respondió: 'Has apelado al César, al César irás'.

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Hechos 25:12
17 Tagairtí Cros  

La enemistad de los hombres sólo hace que tu gloria se note más; porque tú la usas como espada de juicio.


¿Puede acaso suceder algo sin el permiso de Dios?


Todos los habitantes de la tierra son como nada cuando se comparan con él. Hace lo que le parece mejor tanto en el cielo como entre los habitantes de la tierra. Nadie puede oponerse a su poder.


Dinos, ¿debe uno pagar impuestos al gobierno romano?


Al cabo de cierto tiempo, Pablo sintió en su espíritu la necesidad de recorrer Macedonia y Acaya antes de regresar a Jerusalén. «Y de Jerusalén tendré que ir a Roma» —dijo.


A la noche siguiente, el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: ―Ánimo. De la misma manera que has hablado de mí en Jerusalén, hablarás en Roma.


Si he hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero si no son ciertas las acusaciones que han presentado contra mí estos judíos, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. ¡Que me juzgue el emperador!


Habían pasado algunos días, y el rey Agripa, acompañado de Berenice, fue a Cesarea a visitar a Festo.


Pero como Pablo pidió que el emperador fuera el que lo juzgara, ordené que lo dejaran preso hasta que lo pueda enviar a Roma.


Agripa le dijo a Festo: —Lo podríamos poner en libertad si no hubiera pedido que el emperador lo juzgue.


Cuando decidieron por fin mandarnos a Italia, entregaron a Pablo y a otros presos a un capitán llamado Julio. Este pertenecía al batallón del emperador.


Ya en Roma, a Pablo le permitieron que viviera aparte, aunque un soldado lo vigilaba.


Mi gran deseo y esperanza es que no haga nada que me avergüence, sino que, con toda libertad, ya sea que viva o muera, le den la gloria a Cristo por medio de mí ahora como siempre.


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