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Hechos 20:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

18 Cuando llegaron les dijo: «Ustedes saben bien cómo me he portado desde el día en que puse los pies por primera vez en Asia hasta hoy.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cuando llegaron, Pablo declaró: «Ustedes saben que desde el día que pisé la provincia de Asia hasta ahora,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Cuando ya estuvieron a su lado, les dijo: 'Ustedes han sido testigos de mi forma de actuar durante todo el tiempo que he pasado entre ustedes, desde el primer día que llegué a Asia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y cuando acudieron a él, les dijo: Vosotros sabéis bien cómo, desde el primer día que entré en Asia, me he comportado con vosotros todo el tiempo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Cuando llegaron, les dijo: 'Vosotros sabéis muy bien cómo me he portado con vosotros todo el tiempo, desde el primer día que puse el pie en Asia,

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Hechos 20:18
11 Tagairtí Cros  

Al llegar al puerto de Éfeso, los dejó allí y se fue a predicar entre los judíos.


Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo viajaba por las regiones superiores y llegó a Éfeso. Allí encontró a varios discípulos.


Así continuó durante los dos años siguientes. No quedó en la provincia de Asia un solo judío o griego, que no escuchara la palabra del Señor.


Pablo había decidido no visitar Éfeso esa vez, porque deseaba llegar a tiempo a Jerusalén para la celebración de Pentecostés.


Varios hombres lo acompañaron hasta Asia. Entre estos se encontraban Sópater hijo de Pirro; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo de Derbe; Timoteo; y Tíquico y Trófimo de Asia.


Con gran satisfacción y sinceridad podemos afirmar que siempre hemos dependido de la gracia del Señor y no de nuestra sabiduría y que siempre hemos sido puros y sinceros en el mundo, especialmente en cuanto a la forma en que nos hemos comportado con ustedes.


Pero tú conoces muy bien mis enseñanzas y sabes cómo me comporto; sabes cuáles han sido siempre mis creencias y mis propósitos. Conoces mi fe en Cristo y cuánto he sufrido por él. Sabes del amor que te profeso y de mi paciencia.


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