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Hechos 2:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

29 »Hermanos, les puedo decir francamente que el patriarca David murió, lo enterraron y su tumba está todavía entre nosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 »Queridos hermanos, ¡piensen en esto! Pueden estar seguros de que el patriarca David no se refería a sí mismo, porque él murió, fue enterrado y su tumba está todavía aquí entre nosotros;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Hermanos, no voy a demostrarles que el patriarca David murió y fue sepultado: su tumba se encuentra entre nosotros hasta el día de hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Varones hermanos, se os puede decir con franqueza acerca del patriarca David, que no sólo murió, sino que también fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta este día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Séame permitido, hermanos, deciros con absoluta claridad que el patriarca David no sólo murió y fue sepultado, sino que su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy;

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Hechos 2:29
8 Tagairtí Cros  

David murió, y fue sepultado en Jerusalén.


A continuación estaba Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad del distrito de Betsur, quien reconstruyó la muralla hasta en frente de la tumba de David y hasta el estanque artificial y la casa de los Valientes.


»Por cierto, después que David sirvió a su generación de acuerdo con la voluntad de Dios, murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso.


Al contrario, me mostrarás el camino de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia”.


El jefe de los sacerdotes y todo el Consejo de ancianos son testigos de que así fue. Ellos mismos me dieron cartas para nuestros hermanos judíos en Damasco, y fui allá para traer a Jerusalén a los que encontrara, para que aquí los castigaran.


El rey ya ha escuchado todo esto y por eso hablo delante de él con tanta confianza. Estoy seguro de que conoce todo esto porque no sucedió en un lugar secreto.


Vean ustedes lo grande que era Melquisedec: Aun Abraham, el patriarca, le entregó una décima parte de todo el botín.


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