Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Hechos 18:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Una noche, el Señor se le apareció a Pablo en visión. ―¡No tengas miedo! —le dijo—. ¡Habla y no calles!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Una noche, el Señor le habló a Pablo en una visión y le dijo: «¡No tengas miedo! ¡Habla con libertad! ¡No te quedes callado!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: 'No tengas miedo, sigue hablando y no calles,

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por la noche, en una visión, dijo el Señor a Pablo: 'No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles;

Féach an chaibidil Cóip




Hechos 18:9
17 Tagairtí Cros  

El Señor me dijo: ¡Grita bien fuerte, clama con voz de trompeta, no tengas miedo! ¡Reprende a mi pueblo sus pecados!


Así que levántate, vístete y ve a decirles cuanto yo te mande. No les tengas miedo, mantén una postura firme ante ellos.


Sí, tú acudiste ante mi oración desesperada y me dijiste: «No tengas miedo».


«Ve a la gran ciudad de Nínive y comunícales el mensaje que te voy a dar».


En cambio, yo estoy lleno de poder, de justicia y de fuerza. Estoy lleno del Espíritu del Señor para denunciar sin temor todas las maldades y la desobediencia de Israel.


Aquella noche, Pablo tuvo una visión. En el sueño vio a un varón de Macedonia que le suplicaba: «Ven y ayúdanos».


Nadie podrá hacerte daño, porque yo estoy a tu lado. En esta ciudad hay un buen grupo de personas que me pertenecen.


Vi al Señor que me decía: “¡Date prisa! Sal en este momento de Jerusalén, porque no creerán lo que digas acerca de mí”.


A la noche siguiente, el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: ―Ánimo. De la misma manera que has hablado de mí en Jerusalén, hablarás en Roma.


Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías, y el Señor le habló en visión: ―¡Ananías! ―Aquí estoy, Señor —respondió.


Yo soy libre, soy apóstol, he visto al Señor con mis propios ojos y ustedes son el fruto de mi trabajo en el Señor.


También saben que antes nos habían insultado y maltratado en Filipos. A pesar de eso, nuestro Dios nos dio valor y nos atrevimos a anunciarles el evangelio en medio de una gran lucha.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí