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Hechos 18:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Después se fue a la casa de Ticio Justo, gentil que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces salió de allí y fue a la casa de Ticio Justo, un gentil que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Pablo cambió de lugar y se fue a la casa de un tal Tito Justo, de los que temen a Dios, que estaba pegada a la sinagoga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y saliendo de allí, entró en casa de uno llamado Ticio° Justo, temeroso de Dios, cuya casa estaba junto a la sinagoga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y marchándose de allí, se fue a la casa de un tal Ticio Justo, temeroso de Dios, que vivía contiguo a la sinagoga.

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Hechos 18:7
9 Tagairtí Cros  

Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.


Hombre piadoso, al igual que su familia, daba limosnas a manos llenas para el pueblo de Israel y oraba sin cesar.


Entonces le contaron cómo a Cornelio, oficial del ejército romano, hombre bueno y piadoso, de buena reputación entre los judíos, un ángel le había ordenado que mandara a buscar a Pedro para que le dijera lo que Dios quería de él.


Al salir de la sinagoga, les pidieron que regresaran a hablarles la siguiente semana.


Pero muchos judíos y gentiles piadosos que adoraban en la sinagoga siguieron a Pablo y a Bernabé, y estos les aconsejaron que permanecieran fieles en la gracia que Dios les ofrecía.


Pero un día, los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los jefes de la comunidad, y persiguieron a Pablo y Bernabé y los expulsaron de la localidad.


Una de ellas, que se llamaba Lidia, era vendedora de púrpura en Tiatira, y ya desde antes adoraba a Dios. Mientras Lidia escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a lo que Pablo decía.


Varios de los judíos creyeron y se unieron a Pablo y Silas. También un gran número de griegos piadosos y muchas mujeres importantes de la ciudad.


Jesús, al que le dicen el Justo también los saluda. Estos son los únicos judíos cristianos que trabajan conmigo por el reino de Dios y ¡de cuánto consuelo me han sido!


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