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Hechos 16:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 A causa de esto, se desvanecieron las esperanzas de riqueza de los dueños de la esclava, por lo que tomaron a Pablo y lo llevaron ante los magistrados de la plaza pública.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Las esperanzas de sus amos de hacerse ricos ahora quedaron destruidas, así que agarraron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta la plaza del mercado ante las autoridades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Al ver sus amos que con ello se esfumaban también sus ganancias, tomaron a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza ante el tribunal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Pero sus amos, al ver que había salido° la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza pública ante las autoridades,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Al ver sus amos desvanecida la esperanza de sus ganancias, prendieron a Pablo y a Silas, los arrastraron al foro ante los magistrados

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Hechos 16:19
24 Tagairtí Cros  

Volvieron en seguida ante el rey y le recordaron su prohibición. ―¿No ha firmado una ley, le dijeron, que no permite ninguna petición a ningún dios u hombre, que no sea usted, durante un plazo de treinta días? ¿Y que todo aquel que lo desobedeciera fuera arrojado a los leones? ―Sí, respondió el rey, es una “ley de los medos y los persas”, que no puede ser alterada ni cambiada.


Entonces a ustedes los torturarán, los matarán, los odiarán en todo el mundo por causa de mí,


»Por eso, cuídense. A ustedes los entregarán a los tribunales y los golpearán en las sinagogas, y por mi causa los harán comparecer ante gobernadores y reyes, para dar testimonio ante ellos.


Sin embargo, llegaron de Antioquía e Iconio varios judíos que hicieron que ese gentío cambiara de parecer y apedreara a Pablo. Como creían que estaba muerto, lo arrastraron fuera de la ciudad.


Cuando Pablo y Bernabé se enteraron de que los judíos y los gentiles, junto con sus dirigentes, estaban urdiendo un plan para que los atacaran y apedrearan,


Entonces los apóstoles, los ancianos y la congregación en pleno decidieron nombrar a personas que fueran con Pablo y Bernabé a Antioquía a dar a conocer la decisión. Escogieron a Judas (conocido también como Barsabás) y a Silas. Ambos tenían buen testimonio entre los hermanos.


que han expuesto sus vidas por la causa de nuestro Señor Jesucristo.


mientras que Pablo escogió a Silas. Luego, los hermanos los encomendaron a la gracia del Señor, y Pablo partió hacia Siria y Cilicia para alentar a las iglesias.


Un día en que nos dirigíamos a orar, nos salió al encuentro una joven esclava endemoniada que tenía la facultad de adivinar. Con sus adivinaciones, les proporcionaba jugosas ganancias a sus amos.


―Estos judíos están corrompiendo nuestra ciudad —dijeron—. Están enseñándole al pueblo costumbres contrarias a las romanas.


Era ya media noche. Pablo y Silas todavía estaban orando y cantando himnos al Señor. Los demás prisioneros escuchaban.


Temblando de miedo, el carcelero ordenó que trajeran luz, corrió al calabozo y se puso de rodillas ante Pablo y Silas.


Al no hallarlos allí, arrastraron fuera a Jasón y a varios creyentes más y los llevaron ante las autoridades de la ciudad. ―Los que trastornan al mundo andan por la ciudad —gritaron—.


Al escuchar la acusación, la ciudad entera, exaltada, se agolpó contra él y lo sacaron del templo, e inmediatamente cerraron la puerta.


Saulo, por su parte, iba por todas partes persiguiendo a la iglesia. Entraba a las casas, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.


Y yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.


Nos han azotado, encarcelado y nos hemos enfrentado a airadas multitudes; hemos trabajado hasta el agotamiento, hemos pasado noches en vela y sin comer.


Ustedes están en la misma lucha que antes yo estaba. Y yo aún continúo luchando.


También saben que antes nos habían insultado y maltratado en Filipos. A pesar de eso, nuestro Dios nos dio valor y nos atrevimos a anunciarles el evangelio en medio de una gran lucha.


porque ¡el amor al dinero es la raíz de todos los males! Hay quienes han dejado la fe por correr tras las riquezas y al fin se han causado a sí mismos muchísimos sufrimientos.


¡Pero ustedes desprecian al pobre! ¿No son los ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales?


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