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Hechos 10:39 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

39 Nosotros somos testigos de las obras que realizó en todo Israel y en Jerusalén. Allí lo condenaron a morir en la cruz,

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Biblia Reina Valera 1960

39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 »Y nosotros, los apóstoles, somos testigos de todo lo que él hizo por toda Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo,° tanto en la región de los judíos como en Jerusalem. A Éste mataron colgándolo en un madero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén. Le mataron, colgándolo de un madero.

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Hechos 10:39
16 Tagairtí Cros  

según nos las contaron quienes fueron testigos presenciales de todo desde el principio. Ellos eran también servidores de la Palabra.


Ustedes son testigos de estas cosas.


Y ustedes también hablarán acerca de mí porque han estado conmigo desde el principio.


Es necesario que seleccionemos a alguien que haya estado con nosotros desde que Juan bautizó al Señor hasta que este ascendió al cielo. Así, junto con nosotros, será testigo de su resurrección».


Sin embargo, cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes recibirán poder para ser mis testigos no sólo en Jerusalén, sino también en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.


no delante de todo el pueblo, sino delante de ciertos testigos que había seleccionado de antemano: nosotros, que comimos y bebimos con él después que resucitó.


Y muchos de los hombres que lo habían acompañado a Jerusalén desde Galilea, lo vieron varias veces. Y aquellos hombres ahora son sus testigos ante el pueblo.


»Dios ha resucitado a Jesús y nosotros mismos somos testigos de ello.


permítanme declarar ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre recibió la sanidad en el nombre y mediante el poder de Jesucristo de Nazaret, a quien ustedes crucificaron pero a quien Dios resucitó. Gracias a él, este hombre está hoy aquí sano.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados, que hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, que ustedes acaban de traicionar y asesinar?


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, tomando sobre sí mismo la maldición por amor a nosotros. Porque dicen las Escrituras que es «maldito el que es colgado en un madero».


Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


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