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Hebreos 6:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Pero si lo único que produce es espinos y abrojos, resulta ser un mal terreno y se le condena al fuego.

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Biblia Reina Valera 1960

8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 En cambio, el campo que produce espinos y cardos no sirve para nada. El agricultor no tardará en maldecirlo y quemarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 pero la que produce zarzas y espinas pierde su valor; un poco más y la maldicen, y terminarán por prenderle fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 pero la que produce espinas y abrojos es descalificada, y está cerca de maldición,° cuyo fin es ser quemada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 pero si produce espinas y cardos, es rechazada y expuesta a maldición y terminará por ser quemada.

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Hebreos 6:8
26 Tagairtí Cros  

Por eso, quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual se ha tragado la sangre de tu hermano, al que tú mataste.


Para recogerlos hay que protegerse las manos, y una vez amontonados se echan al fuego y se queman».


¡que estas tierras produzcan espinos en lugar de trigo, y malas hierbas en vez de cebada!». Fin de las palabras de Job.


y transformó la tierra fértil en terrenos salitrosos, por la maldad de sus habitantes.


Mi ira contra Israel ya terminó. Si hallo que la acosan zarzas y espinas, las quemaré, a menos que estos enemigos tuyos se rindan y supliquen mi paz y mi protección.


Es como si fuera sólo un raquítico arbusto del desierto, sin esperanza para el futuro, sólo a duras penas sobreviviendo en la planicie salitrosa de un inhóspito desierto; la prosperidad lo abandonó para siempre.


Fue por no poder soportar más todas las maldades que cometían que él desoló su tierra, convirtiéndola en increíble ruina, reseca, despoblada, tal como está hoy.


Profetiza y di: “Oye el mensaje del Señor. ¡Yo te incendiaré, oh bosque, y todos los árboles perecerán, los verdes y los secos por igual! Las terribles llamas no se apagarán y chamuscarán el mundo entero.


»Miren, el día del juicio se acerca. Será un día ardiente, como un horno. Ese día los soberbios y los malvados serán quemados como la paja; serán consumidos por completo, de modo que no quedará nada de ellos. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


»Entonces me volveré a los de la izquierda y les diré: “¡Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios.


El hacha está lista para talar los árboles que no den fruto y arrojarlos al fuego.


Por eso los árboles que dan malos frutos se cortan y se queman.


dijo al árbol: «¡Nadie más va a volver a comer jamás de tu fruto!». Y lo oyeron los discípulos.


Pedro, recordando lo que había pasado, exclamó: ―¡Maestro, mira! La higuera que maldijiste está seca.


El que no está unido a mí lo echan fuera y se seca. Así como le pasa a las ramas que se recogen, se echan al fuego y se queman.


Con gran ira el Señor los desarraigó de su tierra y los lanzó a otra tierra, donde viven todavía”.


Lo único que nos queda es esperar con terror el juicio, el fuego ardiente con el que Dios destruirá a sus enemigos.


Y después, como ustedes ya saben, quiso heredar esa bendición, ¡pero fue rechazado!; y, aunque con lágrimas buscó la bendición, no se le dio oportunidad de arrepentirse.


Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.


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