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Hebreos 5:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Y habiendo sido perfeccionado de esa manera, llegó a ser el autor de la salvación eterna de todos los que lo obedecen.

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Biblia Reina Valera 1960

9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser Autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 y llevado a la consumación, se convirtió, para los que le obedecen, en causa de salvación eterna,

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Hebreos 5:9
39 Tagairtí Cros  

Y haré que tu nombre sea honrado en todas las generaciones; las naciones de la tierra te alabarán para siempre.


Tú amas la verdad en lo íntimo, y me enseñas a ser sabio en lo más profundo de mí ser.


Devuélveme mi gozo y alegría; me has quebrantado, ahora déjame gozarme.


Alce a mí los ojos el mundo entero en busca de salvación, porque yo soy Dios, y no hay otro.


«Te he llamado para que realices una obra más grande que la de restaurar a Israel y que hagas volver a los sobrevivientes de mi pueblo. ¡Yo te convertiré en luz de las naciones del mundo para que también a ellas les lleves mi salvación!».


¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece a su siervo? Si alguno de ustedes anduviere en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíe en el Señor, pónganse en las manos de su Dios.


Acudan a mí, y presten atención. Escuchen, porque está en juego su vida. Dispuesto estoy a firmar un pacto permanente con ustedes: hacer efectivas las promesas que le hice a David, mi rey amado.


»”Setenta semanas han de pasar para que tu pueblo y Jerusalén pongan fin a su terquedad y maldad, para que pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, para que se cumplan la visión y la profecía, y consagren el lugar más especial del templo.


Cuando ustedes estén dispuestos a poner atención a mis instrucciones y a obedecerme, entonces muchos de los que están lejos vendrán y ayudarán a reconstruir el templo del Señor. Entonces reconocerán que yo, el Señor Todopoderoso, me he comunicado con ustedes a través de Zacarías, mi servidor».


Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».


Él les contestó: ―Vayan y díganle a esa zorra: “Yo voy a seguir echando fuera demonios y sanando a la gente hoy y mañana, y al tercer día terminaré lo que debo hacer”.


Al probar Jesús el vinagre, dijo: ―Todo está cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.


y mataron al autor de la vida. Pero Dios le devolvió la vida; de ello nosotros somos testigos.


¡En ningún otro hay salvación! No hay otro nombre bajo el cielo que los hombres puedan invocar para salvarse.


Nosotros somos testigos de esas cosas, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha concedido a los que lo obedecen.


Por medio de Cristo, Dios derramó su gracia sobre nosotros y luego nos envió a todas las naciones, para que estas sean obedientes a la fe por amor a Cristo.


Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas noticias. Por eso el profeta Isaías exclamó: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?».


No me atrevería a hablar de otra cosa sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles obedezcan a Dios. Lo he hecho con mis palabras y con el ejemplo de mi vida.


pero castigará con su ira a quienes luchan contra la verdad y cometen injusticias.


Pero gracias a Dios que, si bien antes eran esclavos del pecado, ya están obedeciendo de todo corazón las enseñanzas que Dios les ha dado.


Así podemos destruir la altivez de cualquier argumento y cualquier muralla que pretenda interponerse para que el hombre conozca a Dios. De esa manera, hacemos que todo tipo de pensamiento se someta para que obedezca a Cristo.


Queridos hermanos, ustedes siempre me han obedecido, no sólo cuando estuve con ustedes sino también ahora que ya no estoy; lleven a cabo su salvación con temor y temblor,


y castigue a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.


Que el Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, quien nos amó y nos dio un consuelo eterno y una esperanza que no merecemos,


Por eso, estoy dispuesto a sufrir si con ello alcanzan la salvación y la gloria eterna aquellos a los que Dios ha escogido. Esa es la salvación que tenemos en Cristo Jesús.


¿Acaso no se dedican todos los ángeles a servir a Dios?, ¿acaso no los envía Dios para que ayuden a los que recibirán la salvación?


Es que Dios tenía preparado algo mejor: los perfeccionará a ellos cuando nosotros también lo seamos.


Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir al lugar que iba a recibir como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.


Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Así que, convenía que Dios, quien todo lo creó para gloria suya, permitiera los sufrimientos de Jesús para que de esa manera pudiera llevar a la gloria a muchos hijos.


¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos esta gran salvación? El Señor anunció primero esta salvación y luego nos fue confirmada por los que la oyeron.


Él entró una sola vez y para siempre al Lugar Santísimo. No entró con sangre de chivos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.


Por eso, Cristo es mediador de un nuevo pacto. Por medio de su muerte, los llamados recibirán la herencia eterna que se les ha prometido, y serán liberados de los pecados que han cometido.


así Cristo fue ofrecido una sola vez en sacrificio para quitar los pecados de muchos. Y aparecerá por segunda vez, pero no para cargar con el pecado, sino para salvar a quienes lo esperan.


Ahora que ustedes se han purificado porque obedecen a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense con todo su corazón unos a otros,


pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.


entréguense al amor de Dios y esperen el día cuando nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.


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