Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Hebreos 12:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Acaso han olvidado ya las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes como algo sin importancia la disciplina del Señor ni te desalientes cuando te reprenda,

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Tal vez hayan olvidado la palabra de consuelo que la sabiduría les dirige como a hijos: Hijo, no te pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda;'

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

5 y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os habla, diciendo: Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, Ni desmayes° cuando seas reprendido por Él.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni te desanimes porque te reprenda.

Féach an chaibidil Cóip




Hebreos 12:5
33 Tagairtí Cros  

»¿Por qué no clama el pueblo ante su Dios, diciendo: “Hemos pecado, pero nos apartaremos del mal”.


El Señor me ha castigado, pero no me entregó a la muerte.


Mi vida cuelga de un hilo, pero yo no dejaré de obedecer tus leyes.


Me deleitaré en tus normas y no olvidaré tu palabra.


Yo anduve desviado hasta que tú me disciplinaste, ahora obedezco tu palabra.


Señor, yo sé que tus juicios son justos, y que me disciplinaste porque lo necesitaba.


Parezco odre marchito por el humo, agotado de esperar. Pero todavía me aferro a tus leyes y las obedezco.


Dichosos aquellos a los que tu corriges, Señor; a los que tú instruyes en tu ley.


Hijo mío no olvides nunca mis enseñanzas. Guarda mis mandamientos en tu corazón,


Adquiere sabiduría e inteligencia, no la olvides ni te apartes de ellas.


He oído los gemidos de Efraín: «Gravemente me has castigado; pero yo lo necesitaba, así como hay que amansar al ternero para el yugo. ¡Vuélveme otra vez a ti y restáurame, pues sólo tú eres el Señor, mi Dios!


¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?


No está aquí; ha resucitado. Recuerden lo que él les dijo cuando todavía estaba con ustedes en la región de Galilea:


Entonces ellas recordaron las palabras de Jesús.


Pero el Señor nos juzga y disciplina para que no seamos condenados con el resto del mundo.


Así que no nos cansemos de hacer el bien, porque si lo hacemos sin desmayar, a su debido tiempo recogeremos la cosecha.


¡Sírvannos de ejemplo Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no deshonrar el nombre de Dios!


Lo que ustedes están sufriendo es para disciplinarlos, pues Dios los está tratando como a hijos.


Hermanos, les ruego que reciban bien estas breves palabras que les he escrito, ya que son para animarlos.


Dichoso el que permanece firme durante la prueba, porque cuando la supera, recibe la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman.


Como yo disciplino y castigo a los que amo, tendré que castigarte si no abandonas esa indiferencia y te arrepientes.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí