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Hebreos 10:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

24 Tratemos de ayudarnos unos a otros para animarnos al amor y a hacer el bien.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y considerémonos los unos a los otros para estímulo del amor y de las buenas obras;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 y miremos los unos por los otros, incitándonos al amor y a las buenas obras.

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Hebreos 10:24
29 Tagairtí Cros  

Dios bendice a los que son buenos con los pobres. El Señor los libra en tiempo de angustia.


El justo conoce los derechos del pobre; al malvado no le importa conocerlos.


Los discípulos decidieron enviar ayuda a los hermanos de Judea, para lo cual cada uno contribuyó en la medida de sus fuerzas.


¿Recuerdan lo que le respondió Dios? «¡Tienes que saber que aún quedan siete mil hombres en Israel que jamás se han inclinado ante Baal ni lo han adorado!».


Si alguien se alegra, alégrense con él; si alguien está triste, acompáñenlo en su tristeza.


Esto trato de hacer yo. Procuro agradar a todo el mundo. No hago sólo lo que me gusta o conviene, sino lo que es mejor para los demás, para que así se puedan salvar.


Cuando estoy con gente débil de conciencia, me hago como ellos también con el propósito de que crean. En otras palabras, trato de acomodarme a todas las personas a fin de salvar algunas de la manera que sea posible.


No les estoy dando una orden; esta sería una manera de demostrar que su amor es sincero, en comparación con lo que los demás están haciendo.


Ustedes siempre están dispuestos a ayudar; y he tenido el orgullo de decir a los hermanos de Macedonia que, hace un año, ustedes, los de Acaya, ya estaban listos para enviar una ofrenda. Y es más: el entusiasmo de ustedes fue la chispa que prendió en la mayoría de ellos el deseo de ayudar.


Les hablo así, hermanos, porque ustedes fueron llamados a ser libres. Pero no usen esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.


En cambio, este es el fruto que el Espíritu produce en nosotros: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,


Estando unidos a Cristo Jesús no cuenta nada si estamos circuncidados o no. Nos basta la fe que actúa a través del amor.


Hermanos, si descubren que alguno ha pecado, ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a volver al buen camino con actitud humilde. Pero cada uno debe cuidarse, porque también puede ser puesto a prueba.


Mantengan vívidas en su memoria las enseñanzas de Cristo en toda su abundancia, y enséñense y aconséjense unos a otros con toda sabiduría. Transmítanlas a otros, con salmos, himnos y cánticos espirituales elevados al Señor con corazones agradecidos.


Cuando oramos a nuestro Dios y Padre, los recordamos constantemente a causa de la fe que tienen y demuestran con hechos, del amor que los empuja al trabajo, y de la esperanza en nuestro Señor Jesucristo que los mantiene firmes.


Así que anímense y ayúdense unos a otros a crecer, como ya lo están haciendo.


Y no se trataba de que no tuviéramos el derecho de solicitar el sustento, sino de que queríamos enseñarles con el ejemplo.


Diles que empleen el dinero en hacer el bien, que se enriquezcan en buenas obras y que sean generosos, dispuestos a compartir lo que tengan.


Han de enseñar a las jóvenes a amar a sus esposos e hijos,


Cuanto te he dicho es cierto. Insiste en estas cosas, para que los que han creído en Dios se ocupen de hacer siempre el bien. Esto es excelente y provechoso para todos.


No dejen de amarse unos a otros con amor de hermanos.


Acuérdense de los presos, como si ustedes estuvieran presos con ellos. Acuérdense también de los que son maltratados como si ustedes mismos fueran los que sufren.


Exhórtense todos los días mientras les quede tiempo, para que ninguno se endurezca contra Dios, cegado por el engaño del pecado,


Hijitos míos, que nuestro amor no sea sólo de palabra ni de labios para afuera, sino que amemos de veras y demostrémoslo con hechos.


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