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Hebreos 1:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 En tiempos remotos, Dios habló muchas veces y de varias maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas;

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Biblia Reina Valera 1960

1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Habiendo Dios hablado en el tiempo antiguo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 En muchas ocasiones y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas.

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Hebreos 1:1
35 Tagairtí Cros  

Habrá siempre enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella. El descendiente de la mujer te aplastará la cabeza, mientras tú solamente le morderás el talón.


Por eso el Señor dijo: «No dejaré que el ser humano viva muchísimos años, porque su maldad ha aumentado. De modo que sólo lo dejaré vivir ciento veinte años».


Después de haber derramado mis lluvias de nuevo, ¡también derramaré mi Espíritu sobre todos ustedes! Sus hijos e hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños y sus jóvenes tendrán visiones de parte de Dios.


Cumplió así su promesa a nuestros padres: trató con misericordia a Abraham y a sus descendientes para siempre.


que sería misericordioso con nuestros padres al acordarse de su santo pacto.


Entonces les explicó todo lo que las Escrituras decían acerca de él, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas.


―Recuerden que cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.


Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque él no hablará por su propia cuenta, sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas que van a pasar.


Aunque en realidad la circuncisión no proviene de Moisés, sino de los patriarcas, fue Moisés quien les mandó practicarla. Y ustedes la practican incluso el sábado.


Sabemos que Dios le habló a Moisés, pero de este no sabemos nada.


»Nosotros hemos venido aquí para darles a conocer la buena noticia de que Dios, al resucitar a Jesús, ha cumplido la promesa que les había hecho a nuestros antepasados, y la ha hecho realidad para nosotros. El salmo segundo expresa lo siguiente: »“Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”.


Pero, como profeta, sabía que Dios le había prometido bajo juramento que un descendiente suyo se sentaría en el trono que ocupaba.


Entonces pusieron una fecha para reunirse con Pablo, y llegaron muchos a la casa donde él vivía. Desde la mañana hasta la tarde él les estuvo hablando acerca del reino de Dios. Usó desde la ley de Moisés hasta los profetas para convencerlos acerca de Jesús.


Él debe permanecer en el cielo hasta que Dios restaure todas las cosas, como está profetizado desde tiempos remotos.


a pesar de que Dios le había dicho: «Por medio de Isaac tendrás muchos descendientes».


Gracias a su fe, nuestros antepasados recibieron la aprobación de Dios.


Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que les llamaba la atención en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si le damos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo.


Si el mensaje que los ángeles anunciaron fue verdadero y toda desobediencia recibió su merecido castigo,


¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos esta gran salvación? El Señor anunció primero esta salvación y luego nos fue confirmada por los que la oyeron.


Pues bien, Moisés fue fiel en su trabajo como siervo en la casa de Dios; lo hacía para dar testimonio de lo que Dios diría en el futuro.


Si Josué les hubiera dado el lugar de reposo, Dios no habría hablado mucho tiempo después de otro día.


Ni siquiera Cristo eligió él mismo ser sumo sacerdote, sino que Dios lo eligió y le dio ese honor cuando dijo: «Tú eres Hijo mío, yo te he engendrado hoy».


Moisés, después de anunciar a todo el pueblo los mandamientos de la ley, tomó lana roja y ramas de hisopo, las mojó con la sangre de los becerros y los chivos mezclada con agua, y con eso roció el libro de la ley y a todo el pueblo.


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