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Habacuc 3:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Si se detiene, entonces la tierra tiembla; lanza una mirada a las naciones, y estas se espantan. Ante él se desmoronan las viejas montañas y los cerros antiguos se derrumban. ¡Su poder es el mismo de siempre!

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Biblia Reina Valera 1960

6 Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Cuando él se detiene, la tierra se estremece. Cuando mira, las naciones tiemblan. Él derrumba las montañas perpetuas y arrasa las antiguas colinas. ¡Él es el Eterno!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Se detiene, y la tierra se estremece, mira, y se sobresaltan las naciones; las montañas eternas se desploman, las colinas antiguas se derriten ¡Yavé sale como en tiempos pasados!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Se detiene y mide la tierra, Lanza una mirada, Y hace estremecer a las naciones. Las montañas antiguas se desmoronan, Se hunden los montes de antaño, Pero sus sendas son sendas eternas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Cuando se levanta la tierra se estremece; cuando mira se sobresaltan las naciones, se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, sus caminos de siempre.

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Habacuc 3:6
35 Tagairtí Cros  

Las bendiciones de tu padre son más grandes que las bendiciones de mis padres. Estas bendiciones reposarán sobre la cabeza de José hasta el fin de las montañas eternas, por cuanto él es el más importante de sus hermanos.


¿Son arrastrados como paja por el viento? ¿Los arrasa la tormenta? ¡Jamás!


Súbitamente mueve las montañas y las derriba en su furor. Sacude la tierra hasta sus cimientos.


Pero el amor del Señor permanece para siempre con aquellos que le temen. Su salvación está con los hijos de sus hijos,


Él mira la tierra y la hace temblar; las montañas se incendian cuando él las toca.


Espárcelos con tu soplo como paja en el viento; viento que el ángel del Señor envía.


¿Por qué montes escarpados miran con envidia al monte Sion, donde al Señor le place estar, donde el Señor habitará por siempre?


Antes que los montes fueran creados, antes que la tierra fuera formada, tú eras Dios sin principio ni fin.


Las montañas se funden como cera delante del Señor, dueño de toda la tierra.


Las naciones oyeron lo ocurrido y temblaron. El temor se ha apoderado del pueblo filisteo.


Los caudillos de Edom están turbados. Los poderosos de Moab están angustiados; todos los habitantes de Canaán se derriten de miedo.


Los conducirás hasta tu monte y los plantarás en tu tierra, en el santuario que hiciste para que ellos vivan.


Todo el monte Sinaí estaba cubierto de humo, porque el Señor había descendido en forma de fuego. El humo subía al cielo como si saliera de un horno, y todo el monte temblaba como sacudido por un violento terremoto;


»La misma ley se aplica si el buey cornea a un niño o a una niña.


Mira al alto cielo, y fíjate en la tierra abajo, porque el cielo se desvanecerá como humo, la tierra se gastará como vestidura, y el pueblo de la tierra morirá como moscas. Pero mi salvación y mi justicia permanecerán para siempre.


Porque la polilla los consumirá como a vestiduras, el gusano se los comerá como a lana, pero mi justicia y misericordia serán para siempre, y mi salvación para toda su descendencia.


Pero esa pequeña nación de Israel será también, en medio de tantos pueblos, tan poderosa y temible como un león entre muchos animales indefensos; o como un león entre un rebaño de ovejas, que al pasar las agarra y devora, sin que nadie las pueda librar de sus garras.


Ante su presencia tiemblan los montes y se derriten las colinas; la tierra tiembla y los pueblos son destruidos.


Señor, Dios mío, tú eres eterno. Tú, mi Dios santo, no nos dejarás perecer. Yo sé, Señor, que usarás a los babilonios para obrar tu justicia. Tú, Roca mía, los has hecho surgir con mucho poder para castigar nuestro pecado.


Los montes te vieron y temblaron. Se desata un aguacero torrencial y una tormenta que agita el mar y eleva sus olas llenas de espuma.


El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras permanecerán, para siempre.


Él siempre tiene misericordia de todos los que le honran.


De un solo hombre creó a la humanidad, y luego distribuyó las naciones sobre la faz de la tierra, tras decidir de antemano cuándo y cuáles serían sus fronteras.


Cuando Dios dividió el mundo entre las naciones, según el número de los hijos de Israel.


con las mejores cosechas de las montañas y de las laderas de las colinas.


Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.


Todo esto fue hecho en una sola campaña, porque el Señor Dios de Israel estaba peleando por su pueblo.


Sí, aun el monte Sinaí tembló ante la presencia del Dios de Israel.


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