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Habacuc 1:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 La ley no se pone en vigor y las cortes no administran justicia, porque los perversos son más que los justos, y el soborno y el engaño se han generalizado.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La ley se ha estancado y no hay justicia en los tribunales. Los perversos suman más que los justos, de manera que la justicia se ha corrompido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Por eso, la Ley está sin fuerza y no se hace justicia. Como los malvados mandan a los buenos, no se ve más que derecho torcido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Por eso la Ley ha perdido su poder y el derecho no sale vencedor, porque los impíos han cercado al justo, y la justicia resulta pervertida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 La ley cae en desuso y el derecho no se cumple. El impío asedia al justo, se tergiversa el derecho.

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Habacuc 1:4
46 Tagairtí Cros  

Entonces dos hombres sin conciencia lo acusaron de haber maldecido a Dios y al rey. Entonces Nabot fue arrastrado a las afueras de la ciudad, donde lo apedrearon hasta darle muerte.


La verdad es que los malos llegan a una agradable ancianidad, se engrandecen y se hacen poderosos.


«La ley y el orden se han derrumbado», se nos dice. «¿Qué pueden hacer los justos?».


Señor, ya es tiempo de que actúes. Porque estos malvados han violado tus leyes.


Temibles enemigos me rodean, fuertes como manada de enormes toros de Basán.


Mis enemigos me rodean, me rodean como perros en jauría; me ha cercado una banda de malvados; me han traspasado las manos y los pies.


Guárdame de estos criminales, de estos asesinos.


Aunque soy inocente, se alistan para matarme. ¡Señor! ¡Mira lo que sucede! ¡Ayúdame!


Señor, ¿hasta cuándo se le permitirá al malvado que se burle?


»No sigan a las mayorías que intenten hacer mal. Cuando estén en el estrado de los testigos, no inclinen sus testimonios a favor de la mayoría presente ni hacia el pobre, por el simple hecho de ser pobre.


»La pobreza del hombre no es razón para torcer la justicia en su contra.


Dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno, que lo negro es blanco y lo blanco negro, dulce lo amargo y amargo lo dulce.


porque sus pecados siguen amontonándose en presencia del justo Dios, y dan testimonio en contra suya. Ustedes mismos dicen: Sí, sabemos lo pecadores que somos,


Señor, tú siempre me haces justicia cuando te presento mis quejas. Deja que te presente ahora una más: ¿Por qué prosperan tanto los malvados? ¿Por qué son tan felices los traidores?


Y es que tu prueba será tan dura que hasta tus hermanos, tu propia familia, se pondrán en tu contra. ¡No confíes en ellos por más amables que sean las palabras que te dirijan!


Y es que hasta la cigüeña conoce el tiempo de su migración, así como la tórtola, la grulla y la golondrina. Cada año retornan en el tiempo que Dios les ha fijado; ¡pero no así mi pueblo! No aceptan la guía que ofrecen las leyes de Dios.


Entonces el Señor me dijo: «Las maldades del pueblo de Israel y Judá son muy graves y toda la tierra está por su culpa llena de muerte e injusticia, pues ellos dicen: “¡El Señor no nos ve! ¡Se ha alejado de este país!”.


Ellos hacen promesas que no tienen siquiera la intención de cumplir, hacen pactos inútiles con las naciones fuertes. Por lo tanto, el castigo brotará entre ellos como lo hace la mala hierba en los surcos del campo.


¡Yo sé que sus crímenes son incontables, que sus injusticias no tienen límite! Ustedes oprimen a la gente honrada, los jueces se venden por dinero y en los tribunales condenan injustamente a los pobres.


¡Cuánto van a sufrir aquellos que convierten la «justicia» en algo amargo como el vinagre y les tiene sin cuidado el derecho de los pobres!


Rechazan las leyes de Dios por guardar la propia tradición de ustedes.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados, que hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, que ustedes acaban de traicionar y asesinar?


Mientras lo apedreaban, Esteban oraba: ―Señor Jesús, recibe mi espíritu.


¿Quiere decir esto que si tenemos fe la ley no tiene valor alguno? ¡Por supuesto que no! Más bien, reafirmamos la ley.


No torcerás las leyes para beneficiar al rico, ni aceptarás soborno. El soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las decisiones de los jueces.


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