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Génesis 6:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Entonces los hijos de Dios se fijaron en la belleza de las mujeres y tomaron como mujeres a todas las que quisieron.

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Biblia Reina Valera 1960

2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Los hijos de Dios vieron a las hermosas mujeres y tomaron como esposas a todas las que quisieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 los hijos de Dios se dieron cuenta de que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por esposas aquellas que les gustaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 los hijos de Dios° vieron que las hijas del hombre eran hermosas,° y tomaron para sí mujeres de entre todas las que habían escogido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron para sí por mujeres de entre todas ellas las que bien quisieron.

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Génesis 6:2
31 Tagairtí Cros  

Cuando ya estaban cerca de Egipto, Abram le dijo a su esposa Saray: «¡Eres una mujer muy hermosa, y


y júrame por el nombre del Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo se case con una muchacha de esta tierra de Canaán, donde yo vivo.


Estas dos mujeres fueron un dolor de cabeza para Isaac y Rebeca.


Después Rebeca le dijo a Isaac: ―Me tienen enferma y cansada estas mujeres hititas. Preferiría morirme antes de ver a Jacob casado con alguna de esas hititas que viven aquí.


La mujer contempló el árbol y se convenció de que su fruto era bueno para comer. Además, lo vio muy hermoso, y pensó que era su oportunidad para conseguir la sabiduría. Así que agarró el fruto y comió. Luego le dio de comer a su marido, el cual estaba con ella.


También Set tuvo un hijo, al que llamó Enós. Desde ese tiempo la gente comenzó a invocar el nombre del Señor.


La población comenzó a multiplicarse sobre la tierra.


Por eso el Señor dijo: «No dejaré que el ser humano viva muchísimos años, porque su maldad ha aumentado. De modo que sólo lo dejaré vivir ciento veinte años».


Una tarde, después de tomar la siesta, David se levantó y comenzó a caminar por la terraza del palacio. Mientras contemplaba la ciudad, vio a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando.


Tú nos dijiste que no debíamos permitir que nuestras hijas se casaran con los hijos de esta tierra, ni que nuestros hijos se casaran con sus hijas, y que no ayudáramos a esas naciones de ninguna manera. Tú nos advertiste que solamente si seguíamos esta norma podríamos llegar a ser una nación próspera, y que nuestros hijos podrían disfrutar siempre de esa prosperidad.


Cierto día en que los ángeles se presentaron ante el Señor, acudió también con ellos el ángel acusador.


»Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer.


Y aceptarás para tus hijos a sus hijas, que adoran a otros dioses, y tus hijos me abandonarán, y adorarán a los dioses de sus esposas.


¡Ciertamente aún eres nuestro Padre! Aunque Abraham y Jacob nos desconocieran, tú serías nuestro Padre, nuestro Liberador desde la antigüedad.


En Judá, en Israel y en Jerusalén hay traición, porque los hombres de Judá han contaminado el santo templo del Señor que él tanto ama, al haberse ellos casado con mujeres paganas que adoran ídolos.


Fueron unidos a sus esposas por el Señor. Dios, en su sabiduría, hizo que los dos llegaran a ser como una sola existencia delante de sus ojos cuando se casaron. ¿Qué es lo que él quiere? Hijos piadosos, producto de su unión. Por eso, ¡tengan cuidado de no ser infieles a la esposa de su juventud!


La esposa está ligada al esposo mientras este vive; si el esposo muere, puede volver a casarse, con tal que se case con un cristiano.


y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso».


»Puesto que ustedes son el pueblo de Dios, no se harán heridas en el cuerpo, ni se raparán las cabezas para asistir a funerales.


No hay mujer que se escape de sus lujuriosas miradas y no se cansan de cometer adulterio. Seducen a las personas débiles; son maestros en la avaricia y gente maldita.


porque nada de lo que hay en el mundo —las pasiones sexuales, el deseo de poseer todo lo que agrada y el orgullo de poseer riquezas— proviene del Padre sino del mundo.


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