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Génesis 45:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Sí, Dios, y no ustedes, fue el que me envió a Egipto. Dios me puso por consejero del faraón y por administrador de toda la nación, gobernador de toda la tierra de Egipto.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Por lo tanto, fue Dios quien me envió a este lugar, ¡y no ustedes! Y fue él quien me hizo consejero del faraón, administrador de todo su palacio y gobernador de todo Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No han sido ustedes, sino Dios quien me envió aquí; El me ha hecho familiar de Faraón, administrador de su palacio, y gobernador de todo el país de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Así que, no me enviasteis vosotros acá, sino ’Elohim. Y Él me ha puesto como un padre para Faraón y señor de toda su casa y gobernador en toda la tierra de Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Así pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis acá, sino Dios, que me ha puesto como padre del Faraón, como señor de toda su casa, y como soberano de toda la tierra de Egipto.

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Génesis 45:8
11 Tagairtí Cros  

¡José está vivo! —exclamaron al contárselo—. Es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Jacob se quedó pasmado, y no les creía.


Pero no se aflijan ni se condenen por ello, porque era plan de Dios. Dios me envió aquí antes que a ustedes para preservarnos la vida y la de nuestras familias.


Fui padre de los pobres y me encargué de que hasta a los extranjeros se les hiciera justicia.


Él tendrá tu uniforme, título y jurisdicción, y será un padre para el pueblo de Jerusalén y para todo Judá.


Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los he mandado para que vayan y den fruto, un fruto que dure para siempre. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.


Jesús le contestó: ―No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba. Por eso el que me entregó a ti, es culpable de un pecado más grande.


Por eso, las bendiciones de Dios no las obtienen quienes las quieran, ni quienes se esfuercen por obtenerlas. Dependen de que Dios tenga misericordia de ellos,


Quizás Onésimo huyó de ti precisamente para que lo recuperaras para siempre,


―Bien, quédate conmigo —dijo Micaías— y serás mi sacerdote y te respetaré como a un padre. Te daré diez monedas de plata por año, ropa y comida. Al joven le agradó la propuesta y pasó a ser como uno de los hijos de Micaías.


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