Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Génesis 43:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Judá le dijo a su padre: ―Envía al muchacho bajo mi cuidado, y podremos ponernos en camino. De otro modo nos moriremos todos de hambre, y no sólo nosotros, sino todos nuestros hijos.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

8 Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Judá le dijo a su padre: —Envía al muchacho conmigo, y nos iremos ahora mismo. De no ser así, todos moriremos de hambre, y no solamente nosotros, sino tú y nuestros hijos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces Judá dijo a su padre Israel: 'Deja que el muchacho venga conmigo, para que podamos partir. Sólo así podremos seguir viviendo nosotros y nuestros hijos, en vez de morir.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Judá dijo a Israel su padre: Envía al muchacho conmigo, así nos levantaremos e iremos para que vivamos y no muramos también nosotros, también tú, y también nuestros pequeños.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Dijo Judá a Israel, su padre: 'Envía al chico conmigo, y entonces nos pondremos en camino, para que vivamos y no muramos, ni nosotros, ni tú, ni nuestros pequeños.

Féach an chaibidil Cóip




Génesis 43:8
14 Tagairtí Cros  

He sabido que en Egipto hay trigo. Vayan y compren alimento antes que nos muramos de hambre.


Pero Jacob replicó: ―Mi hijo no irá con ustedes, porque José su hermano murió y sólo él me ha quedado de los hijos de su madre. Si algo llegara a sucederle, yo me moriría.


Y nosotros le respondimos: “Sí, tenemos un padre, anciano, y un hijo de su vejez, el cual todavía es muy joven. El hermano de este murió y sólo él ha quedado de los hijos de su madre, y su padre lo ama mucho”.


le respondimos: “No podemos, a menos que dejes que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo en ese caso podemos ir”.


Diles también que lleven consigo carros de Egipto, para que traigan a sus esposas, a sus hijos pequeños y a su padre.


No, no tengan miedo. Yo mismo cuidaré de sus familias. Y de esta manera les habló con mucho cariño y los tranquilizó.


Uno de sus oficiales propuso: ―Enviemos a algunos espías a averiguar lo que ocurre. Que vayan en cinco de los caballos que quedan. Si algo les ocurre, no será una pérdida mayor que la que les ocurrirá si se quedan aquí. ¡De todos modos, todos estamos condenados a morir!


Si nos quedamos aquí nos moriremos de hambre, y si entramos en la ciudad también nos moriremos de hambre. Por lo tanto, bien podemos salir y rendirnos a los sirios. Si nos dejan vivir, bien; pero si nos matan, de todos modos aquí vamos a morir.


Luego, allí junto al río Ahava, proclamé un ayuno, para humillarnos delante de nuestro Dios. Le pedimos que nos diera un buen viaje y nos protegiera, junto con nuestros hijos y los bienes con los que viajábamos.


No moriré sino viviré para narrar todos sus hechos.


»Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una vida larga y buena en la tierra que el Señor tu Dios te da.


Ustedes dijeron que sus hijos serían esclavos del pueblo de esa tierra. Pues no. Al contrario, los haré vivir tranquilos en la tierra y heredarán lo que ustedes han despreciado.


»¡Que Rubén viva para siempre y sea su tribu numerosa!».


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí