Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Génesis 42:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

28 ―¡Miren! —le dijo a sus hermanos—, ¡el dinero que yo pagué está en mi costal! Quedaron todos llenos de terror. Temblando se decían unos a otros: ―¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

28 Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

28 «¡Miren! —exclamó a sus hermanos—. Me devolvieron el dinero. ¡Aquí está en mi costal!». Entonces se les desplomó el corazón y, temblando, se decían unos a otros: «¿Qué nos ha hecho Dios?».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Les dijo a sus hermanos: 'Me han devuelto el dinero: está aquí en mi bolsa. Se quedaron sin aliento y se miraban asustados mientras decían: '¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?'

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

28 Y dijo a sus hermanos: ¡Mi plata ha sido devuelta, y mirad, incluso está en mi costal! Entonces el corazón les falló° y temblaron, y cada uno decía a su hermano: ¿Qué está haciendo ’Elohim con nosotros?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Dijo a sus hermanos: 'Me han devuelto mi dinero; aquí está, en mi saco'. Se quedaron sobrecogidos y, temblando, se decían unos a otros: '¿Qué es lo que nos ha hecho Dios?'.

Féach an chaibidil Cóip




Génesis 42:28
14 Tagairtí Cros  

Isaac se estremeció fuertemente y dijo a Esaú: ―Entonces, ¿quién fue el que estuvo aquí y me trajo un guiso? Acabo de comerme el guiso que me trajo, y le di mi bendición, y nadie se la podrá quitar.


En ese estado llegaron a Canaán y le contaron a su padre Jacob todo lo que les había ocurrido.


Entonces Jacob exclamó: ―¡Ustedes me han privado de mis hijos! Perdí a José, luego a Simeón, y ahora quieren llevarse a Benjamín. Todo se ha confabulado en mi contra.


―No se preocupen por ello —les dijo el mayordomo—; su Dios, el Dios de su padre, debe de haberlo puesto allí, porque nosotros recibimos el dinero completo. Entonces soltó a Simeón y lo llevó a donde ellos estaban,


Y cuando vio los deliciosos manjares sobre su mesa, el gran número de servidores y criados que estaban vestidos con uniformes espléndidos, los coperos, y los muchos sacrificios que ofrecía al Señor, quedó completamente maravillada.


Desde los confines de la tierra, clamo a ti pidiendo auxilio pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo.


Le abrí a mi amado, pero ya no estaba. El corazón se me detuvo. Lo busqué y no pude hallarlo en ninguna parte. Lo llamé, pero no hubo respuesta.


Yo formo la luz y hago las tinieblas. Yo envío los buenos tiempos y los malos. Yo, el Señor, soy el que hace esto.


El Señor es quien llevó a cabo lo que había planeado. Cumplió las promesas de desastre que hizo hace mucho tiempo. Destruyó a Jerusalén sin piedad y ha permitido que sus enemigos se rían de ella y presuman delante de ella su poder.


¿Puede acaso suceder algo sin el permiso de Dios?


»A los que queden vivos, haré que sean llevados a tierras distantes como prisioneros de guerra y esclavos. Allí vivirán en constante temor. Una hoja que caiga arrastrada por el viento hará que huyan como si fueran perseguidos por un hombre armado con espada. Huirán cuando nadie los persiga.


¿Acaso no se asusta la gente cuando escucha sonar la alarma? ¿Acaso vendrá sobre la ciudad algún castigo que no lo haya mandado el Señor?


Los hombres se desmayarán de terror por el miedo de lo que sucederá con el mundo. Todos los cuerpos celestes serán sacudidos.


No tendrás reposo entre esas naciones, sino que el Señor pondrá cobardía en tu corazón, y quedarás en tinieblas con el cuerpo gastado por la tristeza y el temor.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí