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Génesis 25:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

34 Entonces Jacob le dio pan y el guiso de lentejas. Después de comer y de beber, Esaú se levantó y se fue. Así demostró que no le importaba para nada su derecho de hijo mayor.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Entonces Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos de hijo mayor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan con potaje de lentejas, y él comió y bebió, se levantó y se fue. Así despreció Esaú la primogenitura.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Entonces Jacob le dio pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió; luego se levantó y se marchó. Así menospreció Esaú los derechos de primogenitura.

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Génesis 25:34
15 Tagairtí Cros  

Un día Jacob estaba haciendo un guiso cuando Esaú llegó del campo muy cansado


―Entonces prométeme bajo juramento que me cedes tu derecho de primogenitura —insistió Jacob. Esaú hizo el juramento y vendió así sus derechos de hijo mayor al hermano menor.


En aquella época hubo mucha hambre en esa región, tal como había ocurrido antes en el tiempo de Abraham. Isaac entonces se trasladó a la ciudad de Guerar, donde vivía Abimélec el rey de los filisteos.


―Pero, ¿quién eres tú? —preguntó Isaac. ―Pues, yo soy Esaú, tu hijo primogénito —le contestó.


Menospreciaron esa bella tierra; pues no creyeron en la promesa de Dios.


Entonces resolví dedicar la vida a divertirme, pues pensé que no había en el mundo nada mejor que comer, beber y alegrarse, con la esperanza de que esta felicidad permanecería en medio del duro trabajo que Dios asigna a la humanidad en todas partes.


Pero en vez de ello, cantan, danzan y juegan, comen y beben. «Comamos, bebamos y alegrémonos, dicen, ¡qué más da, si mañana moriremos!».


Entonces el Señor me dijo: «¡Toma esas monedas, ese “espléndido salario” que me han dado, y deposítalas en la tesorería del templo!». Así que tomé las treinta moneditas y las eché en la tesorería.


Algunos de los invitados se rieron de los mensajeros y se fueron a sus labranzas o negocios;


y les preguntó: ―¿Cuánto me pagan si les entrego a Jesús? ―Treinta piezas de plata.


»“Miren, asómbrense y perezcan, burlones. Porque en los días de ustedes estoy realizando una obra que no creerán cuando alguien se la anuncie”».


¿Qué he ganado yo enfrentándome en Éfeso a hombres que eran como fieras? Si no vamos a resucitar, «¡comamos y bebamos que mañana moriremos!».


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